jueves, 3 de julio de 2008

EL CINE GALDÓS Y LA SOCIEDAD DE RECREO.


La Sociedad y el Cine Galdós fueron dos referentes culturales de vital importancia en el Tamaraceite de la primera mitad del siglo XX. Es por lo que un paseo en el tiempo por nuestro pueblo no se podría hacer sin pararnos en estos dos lugares e instituciones. Aunque quizá se nos queden muchas cosas en el tintero, vamos a tratar de soñar un poco y esperar que estas letras e imágenes nos lleven por el túnel del tiempo hasta estos años, que muchos disfrutaron y que otros recuerdan, no sin nostalgia.
Se dice que el primer presidente del Círculo de Tamaraceite, y por añadidura en su denominación, Sociedad de Instrucción y Recreo, fue Don Fernando Villegas, al que en su día se le hizo un homenaje como tal, aunque queda la posibilidad que anteriormente hubiera una gestora que no aparece en ningún registro. Hay que apuntar que el presidente era sin exagerar como un alcalde pedáneo o delegado del Gobierno Civil en el pueblo.
El Círculo de Tamaraceite fue fundado en el año 1917 y tenía vida propia ya que la gente que por allí pasaba trabajaba de manera incansable. Tuvo su primera sede en el número 92 de la Carretera General donde vivió posteriormente Mariquita Pernía, para luego trasladarse al número 88, enfrente del cruce del Camino Viejo de San Lorenzo. El edificio tenía dos plantas, en la planta baja destacaba su gran mesa de billar que era la gran atracción diaria de la Sociedad por las célebres partidas que allí se celebraban. En esta misma planta pero en un segundo nivel estaba la cafetería y los baños. En la planta alta había un gran salón y un escenario que fue testigo de incontables bailes, asaltos y obras teatrales. Este lugar, vital en muchos aspectos, fue también enclave de charlas soterradas de insinuaciones políticas, referente cultural donde se impartían conferencias y se celebraban exposiciones y espacio de ocio donde se hacían además torneos de baraja, dominó y ajedrez. Era la casa de la cultura, asociación de vecinos, ágora donde se debatían los programas de las fiestas y otros asuntos importantes.
En los años 60 siendo presidente de la misma Antonio Cabrera, Tiburcio Molina secretario, Lorenzo Martel vicepresidente y Fernando Arencibia bibliotecario, y dadas las grandes inquietudes culturales de esta Junta, se hizo que se viviera una época de gran actividad cultural: obras de teatro, conferencias, diálogos y la edición de la revista “Habla palabras” creada por un grupo de seis o siete personas. A raíz del interés creado por la revista y patrocinado por la Sociedad vinieron a Tamaraceite destacadas personalidades del mundo cultural de la isla como Pinito del Oro, el escritor Orlando Hernández, Mary Sánchez y los Bandama, el cantante Miguel Ronda y otros.
Un capítulo importante de la historia de Tamaraceite fue la Compañía Lope de Rueda que surge porque a Mariquita González se le ocurrió la feliz idea de reunir a un grupo de personas de nuestro pueblo con el fin de poner en escena diversas manifestaciones teatrales. Empezó escenificando fragmentos de zarzuelas como “La Dolorosa”, “Los Claveles”, “La Rosa del Azafrán” y “Los Gavilanes”, entre otras muchas de las más famosas del género lírico español, incluso en algunos de ellos llegó, respetando la música, a cambiarles la letra, adaptándola según las circunstancias. Después de la zarzuela siguió montando todos los años sus famosas Pastorelas y un sinfín de escenificaciones y piezas de teatro y variedades. Todos los beneficios que se obtenían de estas actuaciones se destinaban a diferentes necesidades que tenía nuestra parroquia.
Tamaraceite comenzó a vivir desde entonces pendiente de “Las Comedias de Mariquita González”. Sus montajes se contaban con éxitos, tanto artísticos como de público. Gracias a estos eventos teatrales, la juventud de Tamaraceite se vió implicada en el arte escénico, ¡y de qué manera!, pues empezando por Mariquita y terminando por el último de los actores, todos colaboraban en el montaje de las obras a representar. Dirigidos por ella, cada cual se hacía su propio vestuario, o pintaban los diferentes decorados, o estaba metidodo en una de las tareas necesarias para llevar a buen fin una puesta en escena. Todo esto, sin contar las numerosas horas de ensayo.
En aproximadamente veinte años, Mariquita González supo convocar y llenar de ilusión a la juventud de Tamaraceite, que se iba incorporando al teatro a través de diferentes etapas, formando así una gran familia, de la que por cierto, salieron en la vida real unas cuantas bodas entre los componentes del elenco artístico. La cantidad de circunstancias y anécdotas que tuvieron lugar durante todos estos años de comedias, sería casi imposibles de contar en un capítulo de este libro.
Antes de pasar a la figura de Don Raimundo y el “Lope de Rueda”, no podemos dejar de recordar al doctor Retana, que a principios de los años 60 puso en escena la obra teatral “La sombra pasa”, con gran éxito.
Pero resultaría imposible hablar del teatro en Tamaraceite sin hacer mención especial a Don Raimundo Gutiérrez del Moral, verdadero motor de la revolución teatral que surgió en nuestro pueblo. Don Raimundo, conocedor y entusiasta seguidor de las comedias de Mariquita González, quizá picado de una envidia muy sana, quiso empezar a enseñar todo el teatro que tenía dentro, y sin pensárselo dos veces, se le ocurrió el montaje de la zarzuela titulada “La del Manojo de rosas” con música de Pedro Solozábal y libreto de Ramos Carrión. Ante el asombro y admiración de todos, y contando con la colaboración inestimable de Doña Francisca Jiménez que llevó a cabo la dirección musical de la zarzuela y realizó las gestiones oportunas para que en la interpretación de la partitura intervinieran varios maestros de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas. Fue tal el eco que tuvo el estreno de esta zarzuela en Tamaraceite, a pesar de que fuera cantada e interpretada por actores locales, que el propio hermano del gran tenor Alfredo Kraus, Don Francisco Kraus, hizo acto en uno de los ensayos generales de la obra, pues no daba crédito a que ningún punto de la isla, que no fuese la capital, pudiera tener un montaje lírico tan importante, como así fue. Los días 18, 19 y 20 de julio de 1968, en el antiguo Cine Galdós de Tamaraceite, se estrenó ante un numeroso público que abarrotaba el local, “La del manojo de rosas”, fue tal el éxito obtenido, que pasado el tiempo, se tuvo que volver a montar varias veces a petición del público, aunque al no ser posible contar con la música en directo, se tuvo que utilizar el play- back para la partitura.
Este magnífico acontecimiento teatral dio paso a la creación del Grupo de Teatro “Lope de Rueda” bajo la dirección de Don Raimundo y formado por actores de Tamaraceite. La primera obra de teatro que se representó bajo este nombre fue “Cuñada viene de cuña”, original de Luis Fernández de Sevilla, estrenada el día 20 de septiembre de 1968 en la plaza de Don Benito, en Schamán.
Durante los años siguientes el Grupo de Teatro “Lope de Rueda” llevó el nombre de Tamaraceite por todos los escenarios y localidades de Gran Canaria y representó a nuestra isla en un certamen nacional de teatro celebrado en Málaga, donde obtuvo el segundo puesto y el Primer Premio de Interpretación Femenina que se concedió a María del Carmen Gutiérrez.
Recordando su producción teatral y sólo nombrando sus obras más importantes destacamos: “Cuñada viene de cuña”, “La barca sin pescador” de Alejandro Casona, “Don Armando Gresca” de Adrián Ortega, “El Tartufo” de Moliere (versión de Enrique Llovet), “Un drama de Calderón” de Don Pedro Muñoz Seca, “Sangre Gorda” de los hermanos Alvarez Quintero, “El médico a palos” de Moliere, “La llave del desván” de Alejandro Casona y varios juguetes cómicos. También puso en escena gran parte de las obras del Teatro Canario de Don Gregorio Martín Díaz, interviniendo en el Primer Certamen de Teatro Canario celebrado en Gáldar.
Fueron más de doscientas las representaciones teatrales realizadas por el “Lope de Rueda” a lo largo de su existencia, sólo de “Don Armando Gresca” pasaron la cincuentena. Todo ello supuso un gran esfuerzo, tanto por parte de su director, Don Raimundo, como del grupo de actores, que no solamente se limitaban a actuar, sino que la mayoría de las veces hacía de tramoyistas, montaban los escenarios, realizaba los decorados y se encargaba de la luz y del sonido.
Después de la época de Don Raimundo el teatro de Tamaraceite sufrió un pequeño parón, pero no llegó a desaparecer pues los mismos actores del “Lope de Rueda” y otros que se incorporaban por primera vez, estrenaron con gran éxito, bajo la dirección de Maximino González, la obra teatral titulada “A dos barajas” de José Luis Martín Descalzo.
En 1982 llega al mundillo teatral de Tamaraceite la figura de Don Antonio Abad Arencibia Villegas, esperado desde hacía tiempo, pues por motivos laborales no había podido dedicarse al teatro con anterioridad, como él hubiese querido. Tan pronto se vió liberado de sus clases en la Universidad de La Laguna y en los institutos, reunió a un grupo de actores y en la Noche Buena de ese mismo año logró estrenar con un rotundo éxito el Auto Sacramental “Factum Redentori”, que él mismo escribió con gran cariño, recordando quizá, las pastorelas que se hacían en tiempos de Mariquita González. Este grandioso Auto Sacramental contó con un montaje espectacular realizado en el templo parroquial y que a petición de las autoridades y público que asistió al estreno, tuvo que volverse a reponer en el teatro Pérez Galdós de nuestra capital y en la iglesia de San Juan de Arucas. En años posteriores se repuso de nuevo en nuestro templo parroquial, en Ingenio, en Moya y en varias localidades de nuestra isla, siempre acompañada de grandes éxitos.
Siguiendo los pasos de su padre, Don Raimundo, Maricarmen Gutiérrez, primera actriz del “Lope de Rueda”, dirigió las obras de Don Pedro Muñoz Seca, “Un drama de Calderón” y “La venganza de la Petra” y repuso en play back la zarzuela titulada “La del manojo de rosas”.
No quiero dejar de nombrar a todas aquellas personas que tomaron el testigo del mundo del teatro en nuestro pueblo y que también han formado escuela como José Luis Morant y Conchi Moreno en el Colegio Adán del Castillo, Antonio José González en el Colegio Valencia y que luego ha continuado en el IES Tamaraceite siguiendo esta labor con la edición de “Distrito VIII en verso” que ya lleva su séptima edición. Por último debemos destacar a Guillermo Cabrera con el grupo Adeuna, que reunió a un grupo de madres, padres y alumnos del colegio Adán del Castillo trayendo muchos éxitos a Tamaraceite en el teatro y los carnavales capitalinos, dando a conocer a este pueblo más allá de nuestra isla.
Por otro lado, la Sociedad de Recreo se extinguió como consecuencia de los nuevos tiempos, los bailes dejaban grandes pérdidas, no se sacaba ni para pagar a las orquestas ya que los jóvenes comenzaron a ir a las salas de fiestas tan de modas por aquellos tiempos. En los años 60, se comenzaron a hacer los bailes de carnaval en el Cine. Con el dinero recaudado se compró un solar con la buena intención de hacer una Sociedad de alto standing, pero el requerimiento de devolución del inmueble de la Sociedad por sus dueños, aceleró los acontecimientos. Mediante Asamblea General se optó por cambiar el solar que tenía la entidad por otro mayor y con dos habitaciones donde poner los muebles y poder reunirse ya que la Sociedad era incapaz de pagar un alquiler de renta actualizada de un local como el que se necesitaba. Lo que sí hay que dejar claro es que todas las directivas actuaron a tenor de las circunstancias y siempre por el bien de nuestra rememorada Sociedad. El último presidente, Don Sixto Ojeda, ante la disyuntiva del Gobierno Civil de quedarse con el solar y los bienes muebles, la entregó a la Asociación de Vecinos Aytamy, culminando así la historia de esta institución.
Por otro lado, hablar del cine en Tamaraceite implica citar a Don José Cruz, del Puente, que fue el que trajo el cine al lugar. Pero el primer cine de Tamaraceite estaba en la Carretera General, en el número 92, donde también estuvo la Sociedad. Para dar comienzo a las sesiones por esta época se avisaba con voladores, al tercero comenzaba la película.
El Cine Galdós comenzó su andadura en los años 30, y se hizo para tal efecto derribando unas casas y caballerizas que había en el lugar. Fue construido por Don Juan Medina Nebot, pasando posteriormente a manos de Don Manuel Marrero Barrera, propietario de la mayoría de los cines de la capital, entre ellos el Cuyás.
El cine tenía varias categorías de asiento, en las primeras filas estaban los grandes bancos comunes y a los cuales se accedía por el callejón lateral, eran los más baratos. En la parte de atrás estaban las butacas de asiento individual con reposa brazos. En la planta alta había dos palcos con capacidad limitada al que accedían los más pudientes, autoridades y los amigos del acomodador de turno o de los que echaban la película, Miguelito García o Santiago Diepa.
La primera película sonora que se estrenó en Tamaraceite fue “El último de los Vargas”. Otras películas de gran éxito fueron las de Jorge Negrete, formándose grandes colas para conseguir una entrada. En sus primeros tiempos había función los viernes, sábados y domingos con pases a las 7 y 10 de la noche. Para los niños había una sesión a las 3:30 con películas de Tarzán, de romanos o del Oeste americano que luego ponían en práctica al terminar la película por las calles del pueblo.
El Cine Galdós desapareció a principios de los años 80 cuando comienza a hacer furor la televisión en color, las grandes salas en Las Palmas y el uso del coche privado y la guagua que facilitan que este lugar emblemático vaya teniendo cada vez menos seguidores. Es por lo que el local en sus últimos tiempos se utilizó como sala de baile.

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