lunes, 29 de septiembre de 2008

Tamaraceite lloró a Don Ignacio


De impresionante cataloga la despedida el periódico El Eco de Canarias del miércoles 13 de octubre de 1971, de manos de su corresponsal por aquella época Don Antonio Ojeda, del que hasta aquellos días había sido su cura párroco Don Ignacio Domínguez. Si impresionante fue la despedida, igual lo fue la recepción de sus restos mortales en la iglesia de Tamaraceite que estaba abarrotada para recibir al que hasta ese momento había sido su párroco. A la misa asistió el Vicario General Don Vicente Rivero, asistido por el párroco suplente don Carlos Ruiz. A la semana siguiente fue el funeral que fue oficiado en esta ocasión por el Obispo de la diócesis Monseñor Infantes Florido. Años más tarde fueron trasladados sus restos hasta la iglesia parroquial donde reposan desde entonces. En la imágen podemos ver uno de los artículos del desaparecido Eco de Canarias sobre este hecho que conmocionó al Tamaraceite de aquellos años.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

Los "personajes" de mi pueblo de Tamaraceite


De todos es sabido que la historia de un pueblo en buena parte la hacen los personajes conocidos por todos, bien sea por su profesión, por su condición social, por su apodo, por su carácter o por sus hazañas. Es muy difícil mencionarlos a todos pero sí vamos a tratar de recoger a la mayoría de ellos, esperamos sepan disculpar nuestro desconocimiento.
Tamaraceite ha visto como algunos de sus habitantes han sido pequeñas estrellas del fútbol, ese deporte que en los últimos años ha experimentado un gran auge con fichajes multimillonarios, impensables tiempos atrás, cuando por entonces se podía hacer por 25.000 ptas. como mucho. Toda una fortuna. Pero nuestras estrellas no cobraban un duro como José “el Cabuco”, quien participó en un campeonato organizado por La Falange y en el que quedaron campeones en el Campo España, Lorenzo García “el Blanco”, que jugó en el Porteño, Antonio “el Morris”, en el Marino, el padre de Rafael “el pintor” que fue portero del Victoria, y otros como Rafael Angulo o Juanito Vargas. Juan Guedes que jugó en la Unión Deportiva Las Palmas, sí que llegó a ser profesional del fútbol, cosechando éxitos a nivel nacional e internacional.
La cuna de estas estrellas del fútbol era el campo donde ahora está el colegio Adán del Castillo. Allí se organizaban grandes torneos de aficionados con una gran afluencia de público al que no faltaba la madre de Salvador “el Veneno” con su carrito de chochos y chuflas y todos los chiquillos tras ella para que les dejara empujarlo.
Siguiendo con el deporte hay que nombrar a los hermanos Montesdeoca que han participado en las Olimpiadas, campeonatos del mundo y otros eventos cosechando grandes éxitos para el deporte nacional e insular.
Y si hubo deportistas que destacaron a nivel nacional, también hay artistas que brillaron con luz propia, entre los que destaca por encima del resto Jesús Arencibia. Nació en Tamaraceite en 1911, maestro. Recibe clases de pintura con Lía Tavío e ingresa posteriormente en la Escuela Luján Pérez. En 1947 concluye la carrera de Bellas Artes y combina la pintura y la labor docente en buena parte de su vida.
Su primera exposición individual fue en 1934 en el Círculo Mercantil, a partir de ahí comienza a evolucionar su estilo y su técnica, pasando por diferentes etapas que finalmente le conducen al muralismo, siendo su principal obra la realizada en la iglesia de San Antonio Abad de Tamaraceite dedicado a la memoria de su madre. Pintor que sentía especial atracción por los pies y las manos de la gente, pero sobre todo por la gente del pueblo que le servía de modelo para sus diversas obras. Las manos de Mateo o de Antonio “el padrino” aparecen en el mural de la iglesia de San Antonio Abad, aunque también está Juan Francisco Afonso, su madre y hasta él mismo en un autorretratro. Sus modelos más conocidos fueron Chona “la Negra”, María Rodríguez, Rosarito, Modestita o Manuel “Cazuela”.
También hay que destacar a otro personaje que marcó mucho en la historia de Tamaraceite, Antonio Arencibia, al que vemos en la fotografía. Hombre polifacético donde los hubiera, pintor, compositor, restaurador, escultor, poeta, historiador y diseñador. Hay que destacar que los retablos de la iglesia de Tamaraceite fueron diseñados por él.
Su labor docente se centra en institutos de Tenerife y Gran Canaria ejerciendo como profesor de Lengua y Literatura. Nos dejó algunas obras como “Las voces de mi camino” y “Hablas de mis manos” en poesía, la novela “Tigotán” y la obra teatral “Factum Redentorum”.
Un artista más reciente pero no por ello igual de relevante es Juan Alberto Díaz. Una de las personas que más ha pintado sobre Tamaraceite, profesor de dibujo en diversas academias y en la Universidad Popular. Hijo de maestro Juan Díaz y de Mariquita González, conocida ésta por ser la impulsora de la Compañía Lope de Rueda.
Si artistas son los escritores y pintores, no podían faltar en este libro los actores y actrices. Los personajes de las comedias de la Compañía Lope de Rueda, dirigida por Don Raimundo fueron Mary Afonso, Maxi González, Suso Cabrera, Pepe Bolaños, Tiburcio, Martel, Pepe González, Maricarmen y tantos otros.
Personajes relacionados con el Cine Galdós son muchos pero hay que destacar a Miguelito García que era el que ponía las películas. El primer dueño del cine fue José Cruz, luego lo compró la familia Marrero. Los palcos situados en la parte superior eran reservados para el cura y para la gente de El Puente, pues de allí era José Cruz. Pero no sólo pasaban películas, los lunes había desfiles de variedades. Una de las artistas que destacó con luz propia fue Tere Robaina “la Bomba”.
Cuando no se iba al cine se iba a los bailes de la Sociedad, que tuvo diferentes presidentes como Antonio Cabrera, Don Félix, Cristóbal Ramos, Manuel Calcines, Santiago Hernández, Juan Díaz, Andrés Bolaños, José Tejera, Sixto Ojeda, etc.
Personajes carismáticos de la posguerra fueron los guardias, siendo muy conocidos entre la gente del pueblo. Blasito de Tenoya, Juan Vargas, Tomás, Nazareno, Dionisio, el sargento Nicolás, Juan Santos y el cabo Fernando, que vendía chorizos aunque estuviera de servicio.
Y hablando de vender quién no recuerda las famosas “tiendas de Aceite y Vinagre” y a sus propietarios: Mariquita Serapita, Mariquita Coello, Lorenzo “el Titino”, Pilarito, Carmita Déniz, Isabelita “la Barbera”, Pedro Acosta, Luisito Falcón y Juanita Pérez fueron algunos de los más conocidos.
También es importante recordar a personajes relacionados con la política y con el viejo Ayuntamiento de San Lorenzo. Agustín Betancor, Juan Suárez y Juanito Ramírez fueron algunos de los alcaldes que llevaron las riendas de estas tierras hasta el año 40 en que se agrega al Ayuntamiento de Las Palmas. El primer concejal de Tamaraceite, cuando ya se produce la agregación fue Santiago Hernández.
En lo que respecta a la educación, la figura del maestro era entrañable. Aunque no tuviese la titulación si poseía conocimientos suficientes se le encomendaba esta función. Destacamos a Don Lorenzo, Don Santiago, Andrecito, Chita, etc.
En la rama sanitaria podemos encontrar a los médicos Don José Hernández, Don Antonio Machín y Don Aurelio. Entre los practicantes señalar a Don Félix García Toledo, que no tenía horario y siempre estaba dispuesto. Hay otros nombres como Don Santiago García, Don Alfredo y más tarde José Ramón, el hijo de Ramoncito “el de los ciegos”. Y cómo no en este apartado hay que poner en mayúscula a la figura de la partera ya que hasta los años 60 las mujeres no iban a la clínica a dar a luz. Si la criatura venía bien las mujeres esperaban en casa hasta la llegada de la partera, pero, si por el contrario, venía de nalgas se buscaba corriendo un coche para ir a la clínica. Ese coche solía ser el de Perico “el gago”, el taxista. No eran numerosas las clínicas por aquel entonces, estaba la de “urgencias” y la del “seguro”, la de Lugo y San Donato, cuyas condiciones higiénicas no eran de las más deseables. Entre las parteras destacamos a Mariquita García, Encarnacionita, Mariquita Rodríguez y Cesarita Alonso.
Luego existían otros personajes más variopintos, así podemos señalar a Fernando Villegas que organizaba una fiesta todos los años con motivo de su santo e invitaba a sus tocayos. Felipito, el chófer, siempre bien vestido con su uniforme, José “Padre Dios”, tostador del molino de Antonio Juan Suárez, los niños se ponían firmes a su paso creyendo que era realmente Dios. Lolita Vizcaino y Julita eran quienes hacían el traje a muchas novias del pueblo.
Mención aparte merece Manuel Cabrera Rivero (EA8CI) radioaficionado y empresario, marcó un hito en Canarias al fundar una empresa conocida en toda Gran Canaria como Macriver.
Otros personajes dignos de mencionar, son el arzobispo de Sucre Jesús Pérez Rodríguez, Manolito “el Herrero”, Antonio “el Padrino”, Agustín “Murillo”, ...

Los curas de Tamaraceite


Aunque desde el año 1896 aparecen curas encargados o capellanes de Tamaraceite, hasta la fecha solamente han sido diez los sacerdotes con nombramiento de Párroco, teniendo en cuenta que la parroquia de San Antonio Abad fue creada el 8 de diciembre de 1937.
Esta es la relación de párrocos:
1. Don Mariano Hernández Romero (Diciembre 1937-Marzo 1938)
2. Don Manuel Rodríguez Falcón (Marzo 1938- Octubre 1944
3. D. Vicente González García (octubre 1944-Enero 1953)
4. D. Pedro Castellano Molina (Febrero 1953-Octubre 1955)
5. D. Ignacio Domínguez Domínguez (Octubre 1955-Junio 1971)
6. D. Pío Luis García Marrero (Junio 1971-Octubre 1979)
7. D. Manuel Acosta Henríquez (Octubre 1979-Septiembre 1982)
8. D. Olegario Peña Vega (Septiembre 1984-Septiembre 1994)
9. D. Jesús Vega Mesa (septiembre 1994- septiembre 2008)
10. D. Cristóbal Déniz (septiembre 2008-........)
Pero, además de los párrocos, otros sacerdotes han realizado tareas pastorales en Tamaraceite con nombramiento de capellán, coadjutor o adscrito. Antes de ser parroquia, hubo al menos nueve capellanes: D. Jacinto Falcón Navarro (1896-1903), D. Ceferino Hernández Rodríguez (1903-1910), D. Marcelino Quintana Miranda (1910-1918), D. Manuel Socorro Pérez (1918-1919), D. Pedro Hernández Benítez (1919-1933), D. José Cárdenes Déniz (1933-1935),D. Abrahán González Arencibia (1935-1936), D. Manuel Alonso Luján (1936) y D. Mariano Hernández Romero (1936, hasta su nombramiento de párroco en 1937).
Otros sacerdotes se encargaron de la parroquia de Tamaraceite en pequeños períodos de tiempo o colaborando con el párroco como coadjutor, vicario o adscrito. Esta es la relación:
D. Gregorio Florencio Rodríguez Artiles (vicario: 1942-49)
D. José Déniz Montesdeoca (Vicario: 1944)
D. Juan Morales Sánchez (encargado: 1955)
D. José Suárez Florido (Vicario: 1966)
D. Manuel Guerra González (Encargado: 1966-67)
D. José Manuel Naranjo Sosa (Vicario:1967-68)
D. José Perera Rodríguez (Vicario: 1967-68)
D. Gerardo Larrea Lafuente (Encargado:1971)
D. Carlos Antonio Pérez Hoyos (Encargado: 1971)
D. Bartolomé Santana Sánchez (Vicario:1973-76)
D. Francisco Cabrera Suárez (Adscrito: 1979-1982)
D. Cristóbal Díaz Rodríguez (Vicario: 1980-1982)
D. Pedro Galván Vega (Adscrito:1984-1992)
D. Miguel Lantigua Barrera (Adscrito: 1994- 2007)
D. Norberto Medina (Vicario: 2007-2008)
D. Juan Carlos Medina (Vicario: 2008-.......)

martes, 16 de septiembre de 2008

Curas monaguillos y sochantres en Tamaraceite


El primer párroco de Tamaraceite fue Don Mariano. Y el segundo, don Manuel, que tenía un papel donde estaba escrito todo lo que el monaguillo debía hacer en la iglesia: Primero, abrir la iglesia; después, arreglar la lámpara del Santísimo y luego, preparar los ornamentos sagrados: la casulla, el alba, el amito, la estola, el pan y el vino, el lavabo.....
Don Mariano se subía a la azotea para tirar caramelos a los niños. Entonces no había plaza, sino risco con picón. Él vivía en la casa parroquial, la misma de ahora. Don Manuel vivió en el Cruce de San Lorenzo y allí vivieron también D. Vicente y Don José Déniz”.
Pepe Lezcano fue monaguillo de Tamaraceite en los años 60, ya lo había sido en Tenoya. Después estuvo con D. Gregorio Alonso en San Telmo donde aprendió a tocar un poco el órgano y a cantar. Don Ignacio fue un día a San Telmo, a una de las fiestas de la Virgen cuando ya Manuel Cazuela se había retirado de la iglesia y propuso a Pepe ir a Tamaraceite. Pepe Lezcano aceptó y estuvo ayudando en Tamaraceite hasta que se fue al cuartel y a la vuelta del servicio militar volvió otro tiempo a Tamaraceite.
El templo no era como ahora, en vez del mural, había tres huecos o urnas en donde estaban San Antonio Abad, en el centro y a los lados San José y San Fernando. El piso era de cuadritos negros. La iglesia ha mejorado gracias a los curas que han pasado por aquí, aunque no todos han puesto su mano. Muchos recuerdan, sobre todo a Don Ignacio, que hizo mucho por la iglesia. Él puso las columnas de mármol (antes eran redondas), el piso que hay ahora y las vigas del techo. También hizo el edificio donde está Cáritas y la radio. Y en 1970 Jesús Arencibia realizó el mural. El párroco que más tiempo ha estado en tamaraceite ha sido D. Jesús Vega(1994-2008) que hizo la reforma de los lugares de la celebración: nuevo altar y ambón, el confesionario, los bancos, el aparcamiento, la emisora de radio, el nuevo centro parroquial detrás del Centro de Salud y otras reformas como el zócalo, el reloj de la torre y otras.
La misa antiguamente era en latín y se cuentan muchas anécdotas. El altar estaba pegado al retablo y el cura daba la espalda al pueblo. Solamente se viraba para la gente para decir: “Dóminus vobiscum” (el Señor esté con ustedes). Entonces algunos, en vez de responder “et cum Spíritu tuo” hacían una rima fácil diciendo “El culo te lo pellizco”.
Más tarde, el altar se puso más adelante, cara al pueblo. Aunque al principio costó adaptarse, la verdad que fue mucho mejor”. El cura era, casi, el menos que hacía. El que mandaba era Mateo, que era sacristán y sochantre (en la época de Noli). Todos los monaguillos se unían en contra de Mateo, porque D. Ignacio pasaba como el bueno y el que tenía que echar los pleitos era él. Mateo empezó de monaguillo con D. Ignacio a los seis años. Y estuvo hasta los veinte y pico. Primero fue monaguillo, después sacristán y luego sochantre. Era, el jefe. En el tema del canto era muy serio y había que responder bien las respuestas en latín y bien cantadas. En cierta ocasión el día de la función de San Antonio Abad, Estanislao cantó el “Descanse en paz” en vez del Cordero de Dios. Y ya no volvió a cantar más. Como Mateo era el “jefe” llevaba sotana negra y roquete blanco por ser el mayor. Los más jóvenes llevaban sotanas rojas con plumachos;: este el vestido , como si dijéramos, de los reclutas. Los más veteranos llevaban la sotana celeste. Prudencio y Mateo discutían porque los dos querían llevar la sotana negra. Un día, al acabar la misa de las 5 de la mañana, Prudencio y Mateo empezaron a pelearse en el lugar donde estaban los tronos. Cuando llegó Don Ignacio a la misa de 7 de la mañana estaban los dos tirados en el suelo, agarrados y pegándose. Sin embargo se llevaban muy bien.
En Semana Santa, el sábado, se bendecía el agua y los monaguillos salían a rociar las casas con el agua. Ellos entraban a las casas y la gente le decía dónde debían rociar. La gente, en agradecimiento daba algunos huevos o algunas perrillas que ellos iban recogiendo. Pero Prudencio y Mateo, a escondidas, cogían algunos huevos de los patos de los estanques hasta conseguir una cesta llena. Cuando llegaban al Toscón, donde había una tienda, ya con cierta hambrilla, compraban con el dinero de la alcancía un poco de pan y sardinas. Prudencio no necesitaba que nadie lo despertara para ir a misa. El gallo de Cirila Cantero lo despertaba los domingos a las cuatro y media de la mañana. Y solamente por el hecho de ponerse la sotana no dormía en toda la noche. Luego pedía a Agustinita el pan calentito para los monaguillos y entraba a la sacristía. El latín era el idioma oficial de la iglesia. Y los monaguillos tenían que aprenderse de memoria las oraciones en latín. Don Manuel Rodríguez, al salir de la escuela, en los escalones, les enseñaba. Y daba más “leña” que clases... Pero se aprendía. Uno de los monaguillos de aquella época recuerda: un año, por Pascua de Navidad, el cura Don Manuel Rodríguez puso, en donde hoy está el mural de Jesús Arencibia, las cortinas que le había prestado el dueño del cine, Don Manuel Marrero. Colocó unas cuerdas y había que tirar de ellas cuando, en la Nochebuena, el cura cantara “Gloria in excelsis Deo” (Gloria a Dios en las alturas). Y mientras cantaba el gloria, los monaguillos tenían que hacer sonar con fuerza las campanillas chicas. Manuel se cansaba de tocar tanto tiempo y el cura le daba capones en la cabeza diciendo: sigue, sigue, sigue...
En el salón parroquial estaba el archivo antiguamente. Y la palanca de la luz estaba cerca de la puerta, donde ahora está Santa Rita, que allí estaba la pila bautismal. Un día alguien bajó la palanca y cuando D. Manuel se enteró quién había sido, fue a la casa del chico y, delante del padre, le pegó una “tollina”. Al día siguiente, la gente le decía al padre que si era bobo, que había dejado que el cura le pegase a su hijo. A lo que éste respondía diciendo que no le dijo nada por si acaso le pegara a él..... Don Manuel era un hombre corpulento. Había sido alférez del ejército en África.
El vestuario del monaguillo, recuerdan, era la sotana y el roquete en la parte de arriba. El mayor llevaba sobrepelliz. También se ponían la moceta, una especie de capa hasta media espalda, como las pañoletas de las mujeres. El sochantre estaba para cantar y el sacristán para el arreglo de la iglesia.

martes, 9 de septiembre de 2008

CEIP Adan del Castillo. 45 años de historia.


En Tamaraceite, mucho antes de surgir el primer colegio, allá por el año 1944, había una escuela unitaria de cuatro unidades, dos de niños y dos de niñas, cuyos maestros eran Don Lorenzo, su cuñado Don Santiago, Doña Ángeles Marrero y Doña Antonia Pérez.
Estaban situadas en la casa que está enfrente de la iglesia y otra en la Montañeta. Años más tarde, sobre 1962, justo antes de desaparecer, estaban situadas en la Carretera General. La de las niñas estaba donde ahora vive Fernando Arencibia y enfrente, la de los niños, en la casa que está al lado de la Federación Las Medianías. Eran maestros de las mismas Don Manuel Balbuena, Don Marino, Doña Antonia y Doña Ángela.
Don Vicente Artiles, farmacéutico en Tamaraceite y concejal del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ante el desbordamiento que sufría esta unitaria, pidió un colegio de 14 unidades para el pueblo. Se lo concedieron de 8 unidades, inaugurándose en septiembre de 1963, siendo su primer director Don Manuel Balbuena.
Al colegio se le puso como nombre C.N. Adán del Castillo ya que se construyó en unos terrenos donados por este señor para tal fin. Hay que señalar que en estos terrenos había un campo de fútbol donde se disputaban grandes torneos de aficionados, sobre todo en verano.
Al año de su inauguración se quedó pequeño, ya que Tamaraceite estaba acogiendo a una población procedente de zonas rurales que se estaban instalando en el casco y en los barrios de alrededores. Por ello se tuvo que ampliar en 1964, construyéndose las dos torres laterales.
Para el momento en que se vivía, era uno de los colegios más modernos y equipados ya que tenía salón de actos, vestuarios, etc. Don Pedro Gil, maestro del centro que llegó en el año 1969, recuerda que en 1971 se daba clase hasta en los pasillos a pesar de tener en ese momento 22 unidades, y con una ratio de 50 alumnos por aula. Estaba dividido en dos partes, una de niños y otra de niñas, con patios independientes. Fue Don Francisco Gil Mayor, siendo director, el que abrió un pasillo central denominado por los alumnos como “el túnel”, por el que se comunicaba las dos alas, aunque sólo fuese para poder pasar él. Ya en 1975 pasa a ser mixto.
El colegio Adán del Castillo siempre ha destacado por las actividades extraescolares, tanto artísticas como deportivas. Comenzaron a realizar viajes de fin de curso desde muy pronto, siendo uno de los primeros colegios en hacer esta actividad que se inició en el curso 1974-75 yendo a Madrid. En esta ocasión sólo participaron doce alumnos y como maestros fueron José Luis Morán, Doña Angelina Zamora y Juan Alberto Roque.
Con la Ley Villar el deporte se trabajaba mucho en la escuela. El Adán del Castillo consiguió muchos éxitos, llegó a representar a la provincia de Las Palmas en los Campeonatos de España de Fútbol escolar y fue el primer colegio con un entrenador norteamericano, siendo Gil Mayor director, y cuando el baloncesto se estaba iniciando. Incluso se llegó a crear un equipo federado de baloncesto, el NiK, que acogía sobre todo a ex alumnos entre los que estaban Joselito, Luis, Felipe (actual concejal del Ayto de Las Palmas de G.C.), Ravelo, etc. y siendo entrenado por Juan Alberto López.
Juan Alberto López estuvo 24 años en el colegio y de ellos 9 como director. Recuerda todavía a la primera generación de alumnos que tuvo en clase entre los que estaban Mario Hernández, Carmelo Salazar, Joselito, Pepe Cabrera, etc.
En lo que a actividades artísticas se refiere, los éxitos fueron y son si cabe más sonados. Otra etapa importante en el colegio fue la de Don Juan Roque como director. Se comenzó con una rondalla iniciada por él mismo y en esta época se comenzaron a realizar los primeros escalas en hi fi de la mano de José Luis Morán y luego de Conchi Moreno. Esta actividad que consistía en festivales en fechas determinadas como navidad, carnaval y fin de curso. A José Luis lo sustituyó Conchi, cuando este se trasladó de colegio, y a ella se le une Guillermo Cabrera realizando actividades tan importantes como el Belén viviente, galas de carnaval, etc. Con el tiempo surge el grupo Adeuna que acoge también a ex alumnos y en el que participan padres y madres y que tantos éxitos le ha dado en el Carnaval de Las Palmas de G.C.
Una figura importante en el colegio era el portero, quién no recuerda a Manolito o “Genarito”, como le llamaban cariñosamente los maestros por su amor por los geranios, dando vueltas en su bicicleta en los patios del colegio. También hay que recordar a “Tomasito” que estuvo en el colegio más de 15 años, hasta que falleció.
Por último, no quiero terminar de hablar del Adán del Castillo sin nombrar a otros maestros que por aquí pasaron y dejaron su huella en muchos de nosotros: Angelina Zamora, Doña Paca y su hermana Doña María, Don Julio, Don Carmelo, Don Oscar, Don Juan Clemente, Juan Alberto Roque, Don Gustavo, Don Teodoro, Don Olegario, y tantos otros que sería imposible nombrar sin dejar a algunos atrás.