Gran Canaria en época prehispánica, según Viera y Clavijo, estaba dividida en varios cantones o pequeños estados: Galdar, Telde, Agüimez, Texeda, Aquexata, Agaete, Tamarazeyte, Artebirgo, Artiacar y Arucas, gobernadas por reyes, llamándose el de Tamarazeyte “Adeun”.
El nombre de Tamaraceite o Tamarazeyte entre sus diversas grafías, según Juan Álvarez Delgado en el Anuario de Estudios Atlánticos, viene de “palmital”, por estar derivado del nombre guanche bereber, alusivo a palmero macho y no a palmeras datileras.
Para Antonio Abad Arencibia Villegas, conocido historiador, literato y pintor de Tamaraceite, el término viene de los vocablos Atamarazait cuyo significado podría ser “paso entre palmeras”. Este autor afirmaba que esto coincidía con las anotaciones de algunos exploradores castellanos que hablan de Tamaraceite como de un hermoso valle cubierto de palmeras por el que discurrían barranquillos de agua.
A-TAMAR-AZ-AIT para Antonio Arencibia es un conglomerado de cuatro palabras cuyo significado podría ser:
A: es una especie de partícula determinante que equivale al artículo el o la, muy utilizado por los aborígenes sobre todo en Gran Canaria, en la cual casi todos los topónimos la anteponen al nombre (A-reucas, A-terori, A-firgas).
TAMAR: es un vocablo muy extendido en todos los lugares donde se hablan lenguas semíticas con diversas acepciones siendo la más frecuente el significado de palmera.
AZ: Cree Antonio Arencibia que puede ser una preposición que aún existe en muchos dialectos árabes con la significación de AL o ERO (palmero, palmeral).
SAIT: Tiene algunos parecidos la significación de Atamarasait con antiguos dialectos semíticos, egipcios e incluso de Asia Menor, con el de abundancia de palmeras y dragos, que para los aborígenes debían tener la misma denominación.
La población aborigen se asentaba principalmente en lo que hoy conocemos por “La Montañeta” y prueba de ello son las innumerables cuevas que existen en la zona y que sirvieron de vivienda a nuestros abuelos y que han ido transformándose en casas terreras. También se han ido descubriendo otros asentamientos, donde se han encontrado restos de construcciones y necrópolis: Los Dragos, Los Giles, Lomo los Frailes, Rugayo, Las Cuevas del Rey y la Montaña de San Gregorio. Este último yacimiento se encuentra en un antiguo camino que llevaba a la gente en ruta hacia Teror. En uno de sus márgenes se levantaba una ermita del S.XVI de la que sólo quedan restos de sus muros ya derruidos.
A lo largo de los últimos años se ha podido encontrar cuevas cruciformes, con planta de cruz griega, donde se ha hallado diverso material aborigen, similar al de algunas zonas de África. Asimismo se pueden observar unos canales construidos por los pobladores prehispánicos que les servían para recoger el agua de la lluvia y que llevaban hasta un depósito.
Esta zona fue muy abundante en agua por lo que no es equivocado decir que fuera un lugar apetecible para el asentamiento aborigen. También era un sitio de paso hacia el centro y norte de la isla ya que aprovechaban el barranco de Guanarteme o las suaves lomas que había entre La Isleta y Tamaraceite. Viera y Clavijo hace referencia al cantón de Tamarazeyte, ya que cuando se otorgó la escritura de toma de posesión de la isla por Diego de Herrera el 11 de enero de 1476, fueron enviados canarios de cada uno de los pueblos de la isla, entre los que se encontraba el enviado de Tamarazeyte.
El nombre de Tamaraceite o Tamarazeyte entre sus diversas grafías, según Juan Álvarez Delgado en el Anuario de Estudios Atlánticos, viene de “palmital”, por estar derivado del nombre guanche bereber, alusivo a palmero macho y no a palmeras datileras.
Para Antonio Abad Arencibia Villegas, conocido historiador, literato y pintor de Tamaraceite, el término viene de los vocablos Atamarazait cuyo significado podría ser “paso entre palmeras”. Este autor afirmaba que esto coincidía con las anotaciones de algunos exploradores castellanos que hablan de Tamaraceite como de un hermoso valle cubierto de palmeras por el que discurrían barranquillos de agua.
A-TAMAR-AZ-AIT para Antonio Arencibia es un conglomerado de cuatro palabras cuyo significado podría ser:
A: es una especie de partícula determinante que equivale al artículo el o la, muy utilizado por los aborígenes sobre todo en Gran Canaria, en la cual casi todos los topónimos la anteponen al nombre (A-reucas, A-terori, A-firgas).
TAMAR: es un vocablo muy extendido en todos los lugares donde se hablan lenguas semíticas con diversas acepciones siendo la más frecuente el significado de palmera.
AZ: Cree Antonio Arencibia que puede ser una preposición que aún existe en muchos dialectos árabes con la significación de AL o ERO (palmero, palmeral).
SAIT: Tiene algunos parecidos la significación de Atamarasait con antiguos dialectos semíticos, egipcios e incluso de Asia Menor, con el de abundancia de palmeras y dragos, que para los aborígenes debían tener la misma denominación.
La población aborigen se asentaba principalmente en lo que hoy conocemos por “La Montañeta” y prueba de ello son las innumerables cuevas que existen en la zona y que sirvieron de vivienda a nuestros abuelos y que han ido transformándose en casas terreras. También se han ido descubriendo otros asentamientos, donde se han encontrado restos de construcciones y necrópolis: Los Dragos, Los Giles, Lomo los Frailes, Rugayo, Las Cuevas del Rey y la Montaña de San Gregorio. Este último yacimiento se encuentra en un antiguo camino que llevaba a la gente en ruta hacia Teror. En uno de sus márgenes se levantaba una ermita del S.XVI de la que sólo quedan restos de sus muros ya derruidos.
A lo largo de los últimos años se ha podido encontrar cuevas cruciformes, con planta de cruz griega, donde se ha hallado diverso material aborigen, similar al de algunas zonas de África. Asimismo se pueden observar unos canales construidos por los pobladores prehispánicos que les servían para recoger el agua de la lluvia y que llevaban hasta un depósito.
Esta zona fue muy abundante en agua por lo que no es equivocado decir que fuera un lugar apetecible para el asentamiento aborigen. También era un sitio de paso hacia el centro y norte de la isla ya que aprovechaban el barranco de Guanarteme o las suaves lomas que había entre La Isleta y Tamaraceite. Viera y Clavijo hace referencia al cantón de Tamarazeyte, ya que cuando se otorgó la escritura de toma de posesión de la isla por Diego de Herrera el 11 de enero de 1476, fueron enviados canarios de cada uno de los pueblos de la isla, entre los que se encontraba el enviado de Tamarazeyte.
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