martes, 22 de enero de 2013

Don Benito Pérez Galdós y los bizcochos lustrados de Tamaraceite


Dentro de las fiestas de San Antonio Abad del barrio de Tamaraceite, en Las Palmas de Gran Canaria, el pasado domingo tuvo lugar la bendición de los bizcochos lustrados. Pero ¿sabían ustedes que hasta la casa de Pérez Galdós en Madrid llegaban puntualmente estos famosos dulces, así como otros muchos productos canarios?. Con él vivían, en torno a 1912, dos de sus hermanas, Carmen y Concha, que también habían fijado su residencia en la capital.  Hoy vamos a colarnos en la despensa de don Benito de la mano de Ambrosio Hurtado de Mendoza Sáenz, nieto de su hermana Carmen, que, con sus propios recuerdos y testimonios familiares, presentó una comunicación en el I Congreso Internacional Galdosiano, que tituló"Don Benito Pérez Galdós jamás olvidó su tierra natal", de la que extraemos la siguiente cita:

« De Las Palmas le enviaban todos aquellos productos de la cocina canaria que entonces podían desplazarse a Madrid, con los medios de transporte utilizables, sin llegar hechos una porquería, dentro de cajas de galletas herméticamente soldadas. En la despensa de la casa de don Benito no faltaban nunca las rapaduras isleñas en sus variedades de huevo, azúcar, café o achocolatadas; el gofio de millo, los bizcochos lustrados de Tamaraceite, los higos pasados herreños, el millo molido en forma adecuada para preparar el frangollo, morcillas viejas, secas; almendras de Santa Lucía de Tirajana, para preparar toda la gama de dulces canarios a base de ellas; los quesos 'curados' y picones como papel de lija, carne de cerdo salada, etc., etc.
Las hermanas de don Benito, me decía mi madre, sobre todo mamá Carmen, o sea mi abuela paterna, a base de estos ingredientes puramente isleños preparaban platos y postres típicos de la cocina isleña, que don Benito comía con sumo gusto.

La primera vez que mi madre [era madrileña] se tropezó con la morcilla canaria frita, para ser servida con arroz blanco y salsa de tomate, se quedó asombrada y no pudo evitar que lanzara una agresiva pregunta:
 - ¿Qué clase de chorizos negros son esos?

Pero su agresiva pregunta debió incluso ir acompañada de un irreprimible gesto de repulsa, porque don Benito, inmediatamente, complaciente y bondadoso, le aclaró:

- No, Elisita, no dejes de comer estas morcillas de mi tierra, porque verás que son riquísimas y no te arrepentirás de haberlas comido...».

Fuente: Casa Museo Pérez galdós

domingo, 13 de enero de 2013

Pregón de las Fiestas de Tamaraceite 2013


Luis C. García Correa, pregonero de 2013, Adriana Beltrán,
presidenta de la Comisión de Fiestas y
José Manuel Cabrera, pregonero del 2012


Subir a este estrado, para pregonar nuestras fiestas Patronales, es una demostración que soy un servidor de ustedes.Me he pasado mi vida queriendo ser un servidor de la comunidad. Gracias por permitirme serlo y hacer este pregón  para ustedes y visitantes.
Gracias también por todos los que se han quedado para acompañarnos.
 
Luis García Correa
pregonero de Tamaraceite 2013
Y ahora debo comenzar por agradecer, y de la forma más efusiva, que repito, ese honor que se me ha concedido de pregonar las Fiestas de San Antonio Abad, de nuestro querido pueblo de Tamaraceite, que coinciden con el gran acontecimiento del 75 aniversario de la creación de nuestra Parroquia.
Este honor me lo ha concedido la Comisión de Fiestas, maravillosamente representada  por su presidenta,  la Srta. Adriana Beltrán, con esa mayoría de jóvenes solidarias, ayudada por alguien que tanto quiere al pueblo de Tamaraceite, como lo ha demostrado durante años, doña Conchi Moreno.
Gracias y que Padre Dios les bendiga, y agradecerles el Padre Nuestro que me rezaron para que este pregón sea lo que pretende.
¿Y qué pretende este pregón y este pregonero?
Primero, insistir que celebramos el 75 aniversario, de la creación de Nuestra Parroquia.
Fue allá por el año de 1937, el 8 de diciembre, -Día de la Inmaculada Concepción-, que el recién llegado y famoso Señor Obispo, Monseñor Antonio Pildaín y Zapian, firmó el decreto de creación de nuestra Parroquia junto con la de Nuestra Señora de la Encarnación de Tenoya.
Párrocos que han sido curas de almas, haciendo aportes de enorme valor.
¿Cuántos bautizos, bodas, defunciones, confesiones, ayudas de todo tipo hemos recibido? Incontables. Han cuidado de nuestra salud corporal y la del alma. Ayudas a la vida y a la muerte. ¿Qué más se puede hacer y cómo agradecer tanto trabajo y tanto bien?
Podríamos también relatar las muchas anécdotas que se han tenido con los monaguillos a lo largo de estos 75 años, y algunos de prestigio como lo es nuestro querido y admirado amigo José Lezcano Guerra, con quien siempre estaremos en deuda.
No podemos olvidar las distintas formas del altar principal, y hoy el maravilloso e impresionante mural que nos dejó Jesús Arencibia.
Toda esta historia hay que pregonarla a los cuatro vientos, intentando manifestar el eterno agradecimiento de un pueblo a su Parroquia y a sus párrocos.
Seamos un ejemplo para los que nos visiten en esas fiestas, porque  somos un pueblo solidario y queremos seguir siéndolo.
Devolver bien por el bien recibido. Es nuestra deuda, y no sé otra manera de ir pagando lo debido: salvo la de cuidar de nuestra Iglesia, a nuestro párroco, y seguir queriéndonos como hermanos.
Hemos sido un pueblo y lo queremos seguir siendo.
Que sepan quienes nos visitan que estamos abiertos a todos, para juntos compartir las dichas de la ilusión y de la alegría. Que nadie se encuentre o se sienta solo.
«Que se viven tres días, uno para trabajar, otro para la diversión, y el otro dedicarlo a pedir perdón».
Seguro que juntos lo pasaremos mejor. Vengan y lo comprobarán. Por ello insisto en anunciar, proclamar y pregonar las fiestas conmemorativas del Nuestro Patrono San Antonio Abad.
¿De quiénes son esas fiestas?   De un pueblo, del gran pueblo de Tamaraceite.
¿Quiénes las organizan?    Las organizan todo un fantástico grupo de vecinos, que nos representan con una gran dignidad a los tamaraceiteros.
¿Quiénes somos?   Los nacidos o los que estamos viviendo desde hace muchos años, -como es mi menda-, al igual que todos los últimamente incorporados a este impresionante y bello valle de Tamaraceite.
¿Cómo vamos a celebrarlo?
Dando y regalando la alegría, que este pueblo ha tenido a lo largo de los siglos, y sigue teniendo.
Somos un pueblo honesto. Nuestro comportamiento ha sido de suma laboriosidad, de lo que estamos muy orgullosos, porque nos lo hemos ganado a pulso. Siempre hemos sido solidarios y buenos vecinos.
El mal ajeno era nuestro, y el nuestro lo compartíamos con los buenos vecinos y se reducía a la mitad o a casi nada.
Si en algo se ha destacado este pueblo es por el amor al prójimo, no con palabras sino con hechos.
Eso es lo que ofrecemos: amor, educación, trabajo, honestidad y gozar de la libertad, y todo lo ofrecemos con alegría, que la queremos compartir, para que sean aún mayor.
Estas creencias y vivencias queremos compartirlas con quienes nos rodean, y con quienes nos vienen acompañar, para en unión festejar la festividad de Nuestro Santo Patrono San Antonio Abad de Tamaraceite.
Queremos compartir nuestra alegría con los visitantes, así seremos auténticamente felices. Lo podemos hacer porque somos un pueblo libre, que va hacia delante, con una juventud de esplendor, de armonía y valores, que camina hacia el futuro. Un brillante futuro que se ganará con honestidad, laboriosidad y hermandad.
Después de Padre Dios, están la familia, los amigos, los vecinos, la comunidad y todo con libertad.
Queremos reunirnos para gozar de ser felices y compartir, que eso es la felicidad: compartir.
¿Cómo queremos compartir la felicidad? 
Dando y entregando, con hechos, aquello que tenemos: vean el programa y se convencerán y compruébenlo después.
Son estas fiestas Patronales, y los 75 años de la Parroquia, la gran ocasión para demostrarlo y gozarlo.
Queremos seguir siendo un pueblo, aun dentro de nuestra ciudad.    
Al decir pueblo nos referimos a continuar teniendo las virtudes de la convivencia: esa preocupación por el problema ajeno, el del vecino o familiar. Queremos seguir siendo solidarios y no aislados en medio de los demás. Querernos y gozar de la amistad y la vecindad.
Queremos seguir teniendo y viviendo nuestras tradiciones solidarias y educadas.   
Queremos seguir enterándonos de la salud de la vecina y del vecino. Que son mis compañeros de toda la vida. Máxime con la experiencia que ya tenemos, los 75 años de nuestra Parroquia, aunque como pueblo somos centenarios.
Este maravilloso valle de Atamaracit, tiene sus raíces en el poblado aborigen. Somos un pueblo viejo, y nos enorgullecemos de ello.
Este valle se viste de gala, y su Parroquia y su Iglesia -lugar de encuentro personal y con Dios- se suma a colaborar en lo que puede: ofrecer la Iglesia para rezar.
Compartir que es repartir, y repartiendo le toca a todos. A usted, al vecino, al amigo y al visitante.
Queremos que sepan que seguiremos siendo los mismos después de estas fiestas, siempre les estaremos esperando.
Somos un pueblo que ha sido, es y quiere ser consecuentes con sus creencias y con sus valores, y de ellos nacen las vivencias de amor a los demás como a nosotros mismos.
Les queremos porque somos un pueblo honesto y participativo.
Rogamos a San Antonio Abad, -que bendice todo-, nos bendiga también a nosotros junto con los que nos acompañan en estos festejos.
Nos dé la plena felicidad y la plena libertad, para no sólo compartir las alegrías, también compartir los problemas.
 Así podremos arreglar  los graves temas de hoy, y los de mañana, porque la única solución es el compartir la honestidad de la mayoría con la participación y la unión, y habremos fortalecido la necesidad que nos tenemos de unos y otros, y la habremos realizado con amor.
Así brillará la luz de la solidaridad, y Tamaraceite será el faro que ilumine al visitante que nos acompaña como a mí y al vecino.
Por todo ello les aconsejamos y rogamos, no dejen de venir y compartamos lo bueno que tenemos, porque lo malo lo habremos resuelto o anulado.
Somos un pueblo agradecido que camina por el sendero luminoso de la libertad y queremos ser consecuentes queriendo y agradeciendo el bien recibido, y lo hacemos con estas palabras y con los hechos diarios de apoyo a nuestra Parroquia, y de ayuda a nuestros vecinos.
No queremos la felicidad sólo para nosotros, la queremos compartir.
¿Qué queremos?
Unas fiestas animadas, pues tenemos lo que corresponde: gente nueva con gran alegría, entusiasmo y pasión.
¿Qué necesitamos?
Mucha gente para juntos alegrarnos dándonos la bendición, porque jóvenes hoy administran la gestión.
Que estamos en fiestas y las hacemos con el corazón, llenas están de amor, para que las gocemos hoy, mañana y sean siempre plenas de alegría y pasión. Estamos en fiestas, es la gran ocasión de compartir sentimientos, alegría e ilusión. Para juntos revivir los valores de la honestidad y de la participación.
Estamos en fiestas que es la gran ocasión.
Que viva San Antonio Abad, sus parroquianos, vecinos y visitantes, y viviremos momentos de plena felicidad y amor.
Que Padre Dios y la Santísima Virgen nos acompañe e ilumine, dándonos la dicha de festejar a San Antonio, juntos y con gran ilusión.
Gracias, y les deseo la plena felicidad con libertad. Les quiero con pasión.
Felices fiestas y las sean para todos, lo deseamos con amor.
Gracias don Cristóbal, Adriana, Conchi, Carmen nuestra concejal, jóvenes y quienes nos escuchan, a todos por haber contribuido, haberme oído, y por la paciencia y bondad que han tenido, lo que les agradezco de  todo corazón
Muchas gracias y felices fiestas.

lunes, 7 de enero de 2013

La barbería de los hermanos Domínguez en Tamaraceite

Por: Tino Torón

Cuando me adentro al Pueblo de Tamaraceite  por la carretera que viene de Guanarteme y asomo en la vuelta de Las Perreras o la bajada de la Cuesta Blanca, mi mirada se expande como un ave que quiere volarla, contemplando la actual imagen, viniéndome los recuerdos de los pasos de mi vida, de un tiempo que considero no muy lejano,  que ha quedado dibujado en mi mente y creerme que cada vez que paso se me unen las diferentes imágenes como si tuviera un libro en mis manos.
        Hoy me quiero parar cerca del antiguo y hoy histórico kilómetro 813-7, ese que parece que forma y sostiene parte del frontis de la casa, esquina a la calle Magdalena, dando la impresión y preguntándonos si estaba antes o fue la mitad empotrado por obstaculizar la acera, allí llegué a ver a gente apoyada y descansando a medio lado  como si fuera la albarda de un burro.
Kilómetro 7
(desde Las Palmas a Tamaraceite)
    Nada mas pasarla y formando frontis de la misma casa antigua y terrera, hoy  nº 72 se encuentra el bar conocido por el de Vicente y junto la barbería de los Hermanos Domínguez Herrera, Antonio, el mayor al que llamo el patriarca de la familia, escritor, artista plástico, logrando unos cuadros de pinturas clásicas, lo poco que tiene de gran valor y también con esa imagen intelectual de donde manan de su mente la compleja filosofía, de frente despejada, pelo semi-largo y gafas transparentes.
     Sindo, el menos orador, pensativo y minucioso en el arte de la pintura, pero también de gran talento, es como si estos barberos también le sacaran las ideas a sus clientes, cuando deja las tijeras pasan a sus manos la paleta y los pinceles, como si sacara el plato y la cuchara (deseos y hambre de pintar) en la actualidad ha pintado mas de un centenar de cuadros, participando en exposiciones.
     Pedro es el mas joven y el mas pequeño de estatura, también calvo (y dicen que a los barberos se les pegan los pelos, ¡sí! ¡será por los pies!) en su mente al igual que sus hermanos, lleva toda la historia del Pueblo de Tamaraceite, sintiéndome que vamos por el mismo camino literario como una yunta de bueyes arando y escribiendo en el mismo surco, tanto relatos como poesías y consejero en diferentes facetas, a pesar de ser el mas joven, desde temprana edad de unos 12 ó 13 años, mientras el padre estaba trabajando, él estaba a sus pies, me supongo que era el de los mandados al mismo tiempo que aprendía, el tal vez con pantalones cortos escuchaba las noticias y chismorreos de los mayores, por lo que a temprana edad se convirtió en un joven hombre. Pedro cuando el sillón se queda vacío el ocupa su lugar como para no dejarlo enfriar, leyendo, escribiendo, hablando etc. sin describir sus poses.
La antigua barbería 
       Antes de entrar en la barbería a la que yo visitaba, me traslado a los recuerdos de pasar por la barbería de su padre, un barbero venido de San Isidro de Teror, instándose casi frente a la que fue Sociedad hoy una casa en ruinas convertido en solar, y recuerdo de ver en aquel tramo el garaje de Don José el Medico y también usado por Don José Aguilar, un pequeño solar con unos bancos en espera de la guagua,( allí se protegían del sol, de la lluvia) un taller de motos, el salón de los futbolines, las oficinas de las guaguas verdes de Guanarteme, la barbería…
       En ese tramo entre la tienda y bar de Juan Pérez, que mas tarde se convirtió en ferretería estaban las paradas en dirección a Las Palmas de los piratas, coches de hora,  (dirección única por donde pasaban toda la circulación del norte y parte del centro de la isla) allí se veían los trajines de lecheras, fardos y paquetes y como no el pizco y dulces nada mas cruzar, te encontrabas la Sociedad, el bar de Rafael, el de Cristóbal, el de la famosa Mariquita Villegas con la panadería, ese callejón por donde entraba la levadura,  la harina y condimentos, salían los dulces y el pan, (obras artesanales) al pasar se mezclaban toda clase de olores.
Una tertulia en la barbería
        Ahora quiero entrar en la barbería que frecuentaba atraído por la cultura, allí nos dábamos cita, los hermanos Domínguez Herrera, Pepe Ojeda diseñador-publicista de grandes conocimientos artísticos, al cual le pido también consejo, aunque echaba de menos a su hermano Antonio Ojeda (Ñito) de gran trayectoria social, cultural asociativa, etc. ( del que me gustaría rebuscar todo lo que tiene-sabe en el baúl de su mente y archivos ) Ñito es un orgullo entre otros para Tamaraceite de un pasado, presente y  futuro a no olvidar, el  escritor y poeta  Pepe Juan Mujica Villegas, del que ya sus libros ocupan un espacio  de prestigio y orgullo, dentro y fuera del Distrito,  Maximino en sus visitas a su Pueblo, un personaje polifacético de gran valor y trayectoria cultural-social, viajero-explorador de la vida ….,  Calderín Liria, persona del mundo del asociativo y defensor desde su puesto, hasta donde puede de lo nuestro, coincidiendo la entrada de clientes conocidos como Elías el Taxista, Murillo,.. un personaje popular del que lo poco que hable con él y me dijo mucho, el paso callejero y vistoso de Ramón con sus bellos y llamativos ramos de flores, entre otras personas desconocidas para mí, que entraban en conversaciones diversas o pedir información, era mi casa de tertulias de la Cultura, ahora a partir de su inesperado cierre al caer enfermo Pedro, el cual se encuentra bien afortunadamente, solo me queda el recuerdo.
Ramón "el de las flores"
       Cuando entraba pasando una puerta de cristal, que evitaba los ruidos de hoy y encerrando los olores no solo del floid, jabones, colonias, polvos talcos… si no también de aceite de trementina, oleos que Sindo utilizaba para sus retoques y cuadros aun húmedos colgados unos, apoyados otros en las paredes, admirando los murales que rodeaban las paredes llenándose de luces y colores, mientras quedaba el frontal de los espejos, dividido por el lavamanos y las repisas de cristal con brochas unas en remojo en sus cuencos, tijeras, cepillos, colonias, máquinas hoy eléctricas, peines de hueso todas desgastadas y amansadas, hechas a la mano como decían los profesionales de antes por sus cotidianos usos.
         Dos sillones repintados, retapizados y giratorios considerados antiguos en esta época y que fueron renovados por los de madera y fijos de su padre, (antiguamente los barberos giraban alrededor del cliente como si fuera una trilla) sillones por donde habían pasado miles de clientes le han dejado el sabor a la ultima barbería de Tamaraceite, antes había cerrado la de Manuel Afonso que procedía de Tenoya hermanos y sobrinos de una zaga de barberos a los que he recopilado artículos por ser Tenoya un Pueblo vivero de barberos.
       Sentarme en la barbería era impregnarme en arte viendo todo lo que me rodeaba a donde quiera que mirara, aquella habitación pequeña se me hacia grande, de ella de los poros de sus paredes quería sacar e imaginar los ecos de historias, discusiones, disputas, chismorreos, alegrías, penas…habitación dividida por un cuarto a media altura, preguntándome qué se guardaba y servía ese rincón, una puerta separaba la barbería del bar, tanto es así que las conversaciones se entrecruzaban y los olores a copillas y tapas, mientras me sentaba en uno de los cuatro asientos y sobre una mesilla rectangular reposaban revistas y periódicos y en la esquina un televisor. (todo el mobiliario a juego con el ambiente)

Sindo "echando una pelada"
        Los clientes cuando entraban, (recordando lo tiempos de antes de colgar en la percha la chaqueta, el sombrero o la  boina, dejando relucir su casco ensombrecido y “reblanquido”) esperaban si o no su turno, notándose que se encontraban cómodos, ya  a media  mañana se veía en el suelo la colcha de pelos de tonos matizados blancos y negros batiéndose por los giros del barbero, era una señal de su trabajo, cuando lo consideraban sacaban el cepillo arrinconándolos como cosecha del día, al sentarse sacudían y le ponían el babi hasta media cintura escuchando el musiquear artístico del zigzag de las tijeras, cada vez hoy mas silencioso y apagado, pues los barberos de antes hacían malabares con ellas relajándolos dejándolos medios dormidos, la maquina eléctrica, antes manual, aquella que de vez en cuando daba un tirón de pelos, encogiéndonos mientras los barberos apaciguaban, el cliente se hacía el fuerte, maquinilla accionada como unos alicates con peinillos del cero, el uno, dos, del tres) recordando los pelados del cero, amadeo (deu), corte de león…, habían barberos que cuando terminaban daban un ligero pescozón a los más allegados como señal, y para los niños tenían una tabla que la ponían sobre los apoyabrazos del sillón, parecían que estaban en un trono el niño santo y si no se estaban quietos le daba un golpito con la madera de los cepillos …(vi a padres y madres llevar a niños sosteniéndolos y haciéndoles gracias para entretenerlos y que no lloraran)
Pedro Domínguez en la barbería
     En los pelados se conversaban, con la cabeza baja o media girada levantando la mirada, consiguiendo su ángulo de visión, a veces dejando los ojos en blanco, en el momento de afeitarse se suprimían las conversaciones a medias, mientras lo enjabonaban dejándolo lustrado del blanco esponjoso, (recordando el asentador de cuero, amolando con arte y destreza la peligrosa navaja) tirando a veces del pellejo arrugado, cuando pasaban la navaja iban dejando surcos descubriendo su piel, que poco a poco se empajeraban, dejándolo como decíamos, como el culo de un niño chico. (recuerdo de ver el jabón ensangrentado como si fuera un dulce merengue, una guinda en las mejillas, curada con la sabia barra pastosa)
Barbería
      También me llamaba la atención en el momento de terminar, de sacudirse a su aire dejando los últimos pelos, mientras se metían las manos en el bolsillo, mis amigos de los que les hablo tenían una caja de puros donde depositaban el cambio, el resto al bolsillo.   
       Los clientes unas veces se quedaban y otros seguían a sus ocupaciones dejando en la calle a su paso el olor, si se encontraban amigos por el camino o paseantes se daban cuenta que venia de la barbería, hasta que el rastreo se iba evaporando.                                                   
         Tamaraceite como Pueblo cada vez va perdiendo su identidad, la carretera General en tramos ha dejado su viveza, hoy la vida comercial la tiene a partir de la entrada a la Montañeta, al revés del tiempo de antes, (tiempos de hace unos 50 años) recuerdo en mi juventud que ni las parejas pasaban por lo solitario y obscuridad que llegaba hasta el Cruce “El Ovejero”
       Cuando he ido escribiendo me ha dado la sensación que he entrado peludo y barbudo y he salido pelado y afeitado, sensación que quiero transmitir a aquellos que la conocieron.   
       Quiero seguir…, teniendo que dejar tantas cosas atrás, pero tengo que aparcar para no cansarles y hacerles mas ameno, mi hoy recorrido, pero en la despedida queda con un “clamor”….
            
            LA BARBERIA DE LOS HERMANOS DOMINGUEZ HERRERA,
          DEBEMOS DE RESCATARLA, POR LO MENOS SU MOBILIARIO
                         PARA CONVERTIRLO EN UN FUTURO MUSEO.   
                         (La barbería y casa de tertulias y cultura ha cerrado)