domingo, 9 de octubre de 2022

Los practicantes de Tamaraceite

 


Esteban G. Santana Cabrera  

Los sanitarios en los años 50, 60 y 70 del siglo pasado eran personajes populares en muchos pueblos y barrios. Quién no recuerda, de los que peinamos canas, a su médico o a su practicante e incluso a la partera que le ayudó a nacer. Hoy en día no nos sabemos ni el nombre de los médicos ni enfermeras de cabecera, ni de los maestros, ni de los curas, e incluso ni el de la señora de la tienda de la esquina. Viejas costumbres que se han ido perdiendo. Tamaraceite ha sido cuna de grandes sanitarios, personajes a los que acudimos a paliar nuestros males. Aunque sea de "refilón", no quiero dejar de nombrar a los médicos de cabecera que ha tenido Tamaraceite y que trabajaron codo con codo con los practicantes por mejorar la salud del vecindario, como Don Aurelio Gutiérrez o Don José García. Tamaraceite ha dado otros nombres relevantes en el mundo de la medicina como el urólogo Don José J. Medina Silva de Las Perreras, o Antonio Acosta, especialista en Medicina Interna, hijo de Pedro Acosta. A ellos les ha seguido una segunda generación de doctores como Mario Hernández hijo de Ventura y Doña María la maestra, Luciano Santana Intensivista e hijo de Sarito la del bazar, los hermanos José María y Samuel hijos de Pepe Jesús el panadero y las hijas de Fernandito Pérez el del supermercado, Sofía y Berta. Todos de familias humildes y trabajadoras del barrio. 

Pero hoy no quiero centrarme en los médicos, que merecen un artículo aparte, sino en los practicantes, una figura que en muchas ocasiones ha pasado desapercibida y que ha quedado en el olvido. Por ello, no podemos olvidar la fantástica labor social que realizaron en una época de muchas dificultades sociales y políticas y bien que merecerían un homenaje por parte de la sociedad en prueba de su agradecimiento. Esto sin olvidar a las mujeres que ponían inyecciones, como Pinito la de Los Bloques, que de manera altruista iba a las casas de los que no podían pagar al practicante a administrar los tratamientos que mandaba Don Aurelio o Don José.

Antonio Domínguez

Si echamos la vista atrás, por los años 40-50, uno de los primeros practicantes de Tamaraceite fue Don Félix García, barbero y luego practicante del pueblo, porque por aquellos años Tamaraceite era todavía un pueblo, y cuya barbería estaba situada en la Carretera General de Tamaraceite, en el N.º 27. A Don Félix García Toledo el gobierno de la época le financió en la Península un cursillo de practicante en curas y prácticas de cirugía menor. Y para allá se fue dejando la barbería. Con este curso podía sacar muelas, hacer curas y poner inyecciones. En la época de Don Félix lo habitual era poner las inyecciones utilizando la misma jeringuilla que antes había utilizado con otros pacientes que no sabía si tenían gripe, tifus o hepatitis. Pero el practicante por estos años de posguerra a veces hacía de médico, y a falta de medicinas, aplicaba incluso remedios caseros como la leche caliente de mujer parida, el agua del “rolo” o del millo o aceite caliente para el dolor de oídos. Para el dolor de “barriga” se calentaba aceite y se ponía en un papel vaso sobre el lugar donde dolía. Para la fiebre mandaba abrigar a los enfermos y era típico coger un “sudor” para bajar la temperatura. Según me cuenta Pedro Domínguez, otro de los barberos de Tamaraceite, pero que nunca fue practicante, "Don Félix tenía un infiernillo eléctrico para desinfectar la "jeringa" y la aguja y una cajita metálica y niquelada donde llevaba los artilugios desinfectados a domicilio. Cogía un trozo de carne del brazo o de las nalgas y con una aguja con el filo perdido como una tacha ponía la dolorosa inyección".

A Don Félix le suple Don Santiago García, conocido popularmente en toda Canarias por el Charlot de Las Palmas. Don Santiago ya no venía como barbero sino como practicante y cuentan los mayores que hizo mucho por la gente del pueblo. Tenía su despacho por la Calle Fe y era uno más en Tamaraceite. Le encantaban las fiestas y los carnavales. Su disfraz favorito era el de Charlot que se ponía para los bailes en el Cine o en la Sociedad, donde lo imitaba a la perfección. Fue muy conocido en el Carnaval de Las Palmas por su participación en las galas y desfiles, emulando a tan famoso actor. Pedro Domínguez me decía: "Don Santiago con agujas nuevas y dando un golpito en la nalga ni te enterabas".

Don Santiago el practicante en el centro agachado

Cuando llegó don Aurelio a Tamaraceite su primer ayudante fue Antonio Domínguez, el hijo del barbero y que lo acompañó en muchos de sus desplazamientos a los domicilios y empresas por aquellos años en que comenzó su andadura profesional. Don Aurelio era el médico de los Betancores, y Antonio hacía las curas, ponía inyecciones y hacía hasta de psicólogo, porque lo que sí daba a los pacientes era mucha conversación. El hijo del barbero, estuvo diez años con Don Aurelio hasta que decidió montar su taller en un local de Guanarteme del propio Don Aurelio. 

Pero a finales de los 60 llega a Tamaraceite a lomos de su Bultaco Alfredo Díaz del Pino, conocido popularmente como Don Alfredo, uno de los últimos practicantes de Tamaraceite, y me explico, ya que vivió la época en la que el practicante pasaba a denominarse ATS. Aunque nació en Ciudad Jardín, pasó mucho tiempo de su niñez y juventud en Las Torres con sus abuelos y primos. Ya de pequeño empezó a enamorarse de Tamaraceite en aquellas excursiones que hacía en bicicleta junto a sus primos y se encandiló del verdor de su valle rodeado de plataneras.

Como a muchos chiquillos de aquellos años 50 y 60, su pasión era el fútbol, y no se le daba mal. Llegó a jugar en el Porteño con muchas de las grandes figuras que dio el fútbol de nuestro barrio como Guedes, Guerrita, Cayetano, Toribio, Ramírez, etc. Vivió en primera persona la llegada del Porteño como club a Tamaraceite y el cambio de denominación posteriormente a UD Tamaraceite. 

Don Alfredo fue un profesional sanitario que dio su vida por la profesión, que casualmente surgió de manera vocacional al ver a su primo, Don Santiago el practicante, atender a su madre enferma. Sus comienzos como sanitario se remontan a 1969, cuando todavía jugaba en el Porteño, y las casualidades de la vida lo iban a llevar a Tamaraceite gracias a Don Manuel Acosta que le propuso desempeñar su labor en el pueblo. Muchos fuimos los chiquillos que pasamos por sus manos y probamos sus agujas, en la consulta de la Seguridad Social primero o acudiendo más tarde a su despacho en la Cruz del Ovejero, en el bajo de su vivienda. Pero lo más normal era ir a las casas, acudía a la llamada de los vecinos a cualquier hora, ya fuera sábado o domingo. Con Don Alfredo se vivió un cambio en cuanto a la asistencia sanitaria en Tamaraceite, ya que el ATS como profesión en sí no existe desde 1977, momento en que las Escuelas de Enfermería se integraron en la Universidad.

Después de Don Alfredo llegó otro joven practicante a Tamaraceite. El hijo de Ramoncito el de los ciegos. José Ramón González Reyes empezó con su Seat 127 amarillo a recorrer los barrios de Tamaraceite. Era muy conocido por su padre. José Ramón, persona muy graciable, un buen profesional que tenía el despacho enfrente de la plaza. Me cuenta Pedro Domínguez que "le gustaba la cirugía y la podología. Recuerdo que un día me dijo si quería acompañarle como ayudante   para pegarle la oreja a una mujer de Los Giles, que por lo que fue que al tirarle de un zarcillo tenía el lóbulo separado en dos: tú no tienes que hacer nada sino estar allí para que ella se sienta más tranquila... y claro fui.  Otro día vino por la barbería le dije que tenía un callo en el pie que me tenía loco, que si me ponía un parche y me dijo "Espérate un momento", fue al coche se trajo el maletín me quitó el callo y nunca más volvió a salir".

Yo personalmente tengo muchos recuerdos de él porque era el que ponía las inyecciones a mi padre y lo atendió hasta el día de su fallecimiento. Entraba por casa como uno más, ya que tenía que venir dos veces al día y se convirtió en alguien más de la familia. Y en más de una ocasión lo acompañaba en sus rutas por los barrios a pinchar en el 127. Estuvo en Tamaraceite hasta que fue destinado a un centro de salud de la isla. 

Con la llegada de los centros de salud se perdió la cercanía del practicante. Ya no acudían a los domicilios salvo que fueran personas encamadas, sino que había que ir a la consulta. Esto supuso el final del practicante de barrio y la llegada de la enfermera y el fin de mil y una anécdotas que no merecen ser olvidadas.

domingo, 1 de mayo de 2022

Cortometraje Villegas y Galdós


La asociación juvenil Bentejuí con este cortometraje realizado en Tamaraceite, pretende plasmar la vida de Doña María Villegas,  la mujer que manufacturaba los bizcochos que conforman uno de los símbolos de identidad de Tamaraceite, que atesoran valores como el esfuerzo, el trabajo, la superación, la lucha, la vecindad y la solidaridad; y que llegaron a la despensa de Don Benito Pérez Galdós. 
La Asociación Juvenil Bentejui de Piletas gracias a la ayuda de la Dirección General de Juventud del Gobierno de Canarias y bajo la dirección del director Willy Suárez han conseguido llevar acabo este cortometraje.

jueves, 9 de septiembre de 2021

Tamaraceite un barrio teatrero

 

Por Esteban G. Santana Cabrera  

En mi barrio, Tamaraceite, se está construyendo un edificio, el nuevo centro de actividades comunitarias, de tres plantas de 4.563 metros cuadrados, que cuenta con un auditorio con capacidad para 348 personas, una biblioteca, aulas de música con aislamiento acústico, una terraza exterior y un área ajardinada y la idea del consistorio es entregar al área de Cultura el nuevo centro una vez estén terminadas las obras con el mobiliario del auditorio terminado para facilItar la puesta en marcha el espacio cultural lo antes posible, según palabras del propio edil responsable.

Esta infraestructura sin duda es un gran avance en nuestro distrito, ya que con una población de más de 50.000 habitantes carecía hasta el momento de un espacio donde se pudiera realizar una obra de teatro, una simple entrega de orlas de algún centro de la zona o la presentación de un libro. Me imagino este espacio hace unos años, cuando Tamaraceite era conocida por el teatro. Porque Tamaraceite históricamente ha sido cuna del teatro popular. Por ello quiero reseñar una gran Compañía de Teatro, Lope de Rueda, que surgió porque a una vecina, Mariquita González, la madre del pintor Juan Alberto Díaz, Sionita y Pepito el de la Farmacia del Lomo los Frailes, se le ocurrió la feliz idea de reunir a un grupo de personas de nuestro pueblo con el fin de poner en escena diversas manifestaciones teatrales. Empezó escenificando fragmentos de zarzuelas como “La Dolorosa”, “Los Claveles”, “La Rosa del Azafrán” y “Los Gavilanes”, entre otras muchas de las más famosas del género lírico español, incluso en algunos de ellos llegó, respetando la música, a cambiarles la letra, adaptándola según las circunstancias. Después de la zarzuela siguió montando todos los años sus famosas Pastorelas y un sinfín de escenificaciones y piezas de teatro y variedades. Todos los beneficios que se obtenían de estas actuaciones se destinaban a diferentes necesidades que tenía nuestro barrio.

Tamaraceite comenzó a vivir desde entonces pendiente de “Las Comedias de Mariquita González”. Su
s montajes se contaban con éxitos, tanto artísticos como de público. Gracias a estos eventos teatrales, la juventud de Tamaraceite se vio implicada en el arte escénico, ¡y de qué manera!, pues empezando por Mariquita y terminando por el último de los actores, todos colaboraban en el montaje de las obras a representar. Dirigidos por ella, cada cual se hacía su propio vestuario, o pintaban los diferentes decorados, o estaba metidos en alguna de las tareas necesarias para llevar a buen fin una puesta en escena. Todo esto, sin contar las numerosas horas de ensayo.

En aproximadamente veinte años, Mariquita González supo convocar y llenar de ilusión a la juventud de Tamaraceite, que se iba incorporando al teatro a través de diferentes etapas.

Pero se me hace imposible hablar del teatro en Tamaraceite sin hacer mención especial a Don Raimundo Gutiérrez del Moral, verdadero motor de la revolución teatral que surgió en nuestro pueblo. Don Raimundo, conocedor y entusiasta seguidor de las comedias de Mariquita González, quizá "picado" de una envidia muy sana, quiso empezar a enseñar todo el teatro que tenía dentro, y sin pensárselo dos veces, se le ocurrió el montaje de la zarzuela titulada “La del Manojo de rosas” con música de Pedro Solozábal y libreto de Ramos Carrión. Ante el asombro y admiración de todos, y contando con la colaboración inestimable de Doña Francisca Jiménez que llevó a cabo la dirección musical de la zarzuela y realizó las gestiones oportunas para que en la interpretación de la partitura intervinieran varios maestros de la Orquesta Sinfónica de Las Palmas. Fue tal el eco que tuvo el estreno de esta zarzuela en Tamaraceite, a pesar de que fuera cantada e interpretada por actores locales, que el propio hermano del gran tenor Alfredo Kraus, Don Francisco Kraus, hizo acto en uno de los ensayos generales de la obra, pues no daba crédito a que ningún punto de la isla, que no fuese la capital, pudiera tener un montaje lírico tan importante, como así fue. Los días 18, 19 y 20 de julio de 1968, en el antiguo Cine Galdós de Tamaraceite, se estrenó ante un numeroso público que abarrotaba el local, “La del manojo de rosas”, fue tal el éxito obtenido, que pasado el tiempo, se tuvo que volver a montar varias veces a petición del público, aunque al no ser posible contar con la música en directo, se tuvo que utilizar el play- back para la partitura.


Este magnífico acontecimiento teatral dio paso a la creación del Grupo de Teatro “Lope de Rueda” bajo la dirección de Don Raimundo y formado por actores de Tamaraceite. La primera obra de teatro que se representó bajo este nombre fue “Cuñada viene de cuña”, original de Luis Fernández de Sevilla, estrenada el día 20 de septiembre de 1968 en la plaza de Don Benito, en Schamán. 

Durante los años siguientes el Grupo de Teatro “Lope de Rueda” llevó el nombre de Tamaraceite por todos los escenarios y localidades de Gran Canaria y representó a nuestra isla en un certamen nacional de teatro celebrado en Málaga, donde obtuvo el segundo puesto y el Primer Premio de Interpretación Femenina que se concedió a María del Carmen Gutiérrez.

Recordando su producción teatral y sólo nombrando sus obras más importantes destacamos: “Cuñada viene de cuña”, “La barca sin pescador” de Alejandro Casona, “Don Armando Gresca” de Adrián Ortega, “El Tartufo” de Moliere (versión de Enrique Llovet), “Un drama de Calderón” de Don Pedro Muñoz Seca, “Sangre Gorda” de los hermanos Alvarez Quintero, “El médico a palos” de Moliere, “La llave del desván” de Alejandro Casona y varios juguetes cómicos. También puso en escena gran parte de las obras del Teatro Canario de Don Gregorio Martín Díaz, interviniendo en el Primer Certamen de Teatro Canario celebrado en Gáldar.

Fueron más de doscientas las representaciones teatrales realizadas por “Lope de Rueda” a lo largo de su existencia, sólo de “Don Armando Gresca” pasaron la cincuentena. Todo ello supuso un gran esfuerzo, tanto por parte de su director, Don Raimundo, como del grupo de actores, que no solamente se limitaban a actuar, sino que la mayoría de las veces hacían de tramoyistas, montaban los escenarios, realizaba los decorados y se encargaba de la luz y del sonido.

Después de la época de Don Raimundo el teatro de Tamaraceite sufrió un pequeño parón, pero no llegó a desaparecer pues los mismos actores del “Lope de Rueda” y otros que se incorporaban por primera vez, estrenaron con gran éxito, bajo la dirección de Maximino González, la obra teatral titulada “A dos barajas” de José Luis Martín Descalzo.

En 1982 llega al mundillo teatral de Tamaraceite la figura de Don Antonio Abad Arencibia Villegas
, esperado desde hacía tiempo, pues por motivos laborales no había podido dedicarse al teatro con anterioridad, como él hubiese querido. Tan pronto se vio liberado de sus clases en la Universidad de La Laguna y en los institutos, reunió a un grupo de actores y en la Nochebuena de ese mismo año logró estrenar con un rotundo éxito el Auto Sacramental “Factum Redentori”, que él mismo escribió con gran cariño, recordando quizá, las pastorelas que se hacían en tiempos de Mariquita González. Este grandioso Auto Sacramental contó con un montaje espectacular realizado en el templo parroquial y que a petición de las autoridades y público que asistió al estreno, tuvo que volverse a reponer en el teatro Pérez Galdós de nuestra capital y en la iglesia de San Juan de Arucas. En años posteriores se repuso de nuevo en nuestro templo parroquial, en Ingenio, en Moya y en varias localidades de nuestra isla, siempre acompañada de grandes éxitos.

Siguiendo los pasos de su padre, Don Raimundo, Maricarmen Gutiérrez, primera actriz del “Lope de Rueda”, dirigió las obras de Don Pedro Muñoz Seca, “Un drama de Calderón” y “La venganza de la Petra” y repuso en play back la zarzuela titulada “La del manojo de rosas”.

No quiero dejar de nombrar a todas aquellas personas que tomaron el testigo del mundo del teatro en nuestro pueblo y que también han formado escuela como José Luis Morant y Conchi Moreno en el Colegio Adán del Castillo, Antonio José González en el Colegio Valencia y que luego ha continuado en el IES Tamaraceite siguiendo esta labor con la edición de “Distrito VIII en verso” que ya lleva su séptima edición. Por último debemos destacar a Guillermo Cabrera con el grupo Adeuna, que reunió a un grupo de madres, padres y alumnos del colegio Adán del Castillo trayendo muchos éxitos a Tamaraceite en el teatro, llegando a realizar representaciones en el Teatro Pérez Galdós, y los carnavales capitalinos, dando a conocer a este pueblo más allá de nuestra isla.

Porque culturalmente hablando, y no me quiero referir a otros aspectos, sí que podemos afirmar con rotundidad que Tamaraceite ha sido un barrio con mucha sangre cultural y eso que aquí solo me he referido al teatro y no he tocado, la pintura, la música, etc, pero no nos hemos preocupado en crear a nuevos valores, salvo en la música con Barrios Orquestados. Espero que con la llegada de este nuevo centro de actividades comunitarias o centro sociocultural como quieran llamarlo, Tamaraceite se vuelva a converitir en un espacio de referencia social y cultural como lo fue antaño.

domingo, 5 de septiembre de 2021

Tamaraceite, barrio de cine

 

Por Esteban G. Santana Cabrera  

El 28 de diciembre de 1895 en el salón del Boulevard des Capucines en París se proyectó la primera película de la historia gracias a los hermanos August y Louis Lumière. No tardó mucho tiempo en llegar a Tamaraceite el género cinematográfico, ya que solo 25 años después se proyectaba la primera película para nuestros vecinos. Lo que nunca podían imaginar aquellos que vieron el primer filme en nuestro pueblo es que el Séptimo Arte llegara a tener la importancia que ha tenido a lo largo de la historia  y la relación tan estrecha con algunos de nuestros paisanos como iremos descubriendo a continuación. 

Fachada del Cine Galdós
El cine llegó a Tamaraceite gracias a Don José Cruz, del Puente. Primero estuvo en la Carretera
General, en el número 92, en donde estuvo la Sociedad de Recreo y debido al éxito, tuvo posteriormente que trasladarse a un edificio mayor en la denominada por entonces Calle Perojo. En una época en la que la mayoría de la gente no tenía reloj, para dar comienzo a las sesiones se avisaba con voladores, al tercero comenzaba la película. Tamaraceite tuvo su sala de cine a finales de los años 20, perteneciendo aún al Ayuntamiento de San Lorenzo, que denominaron "Cine Galdós" en honor al insigne escritor canario, derribando unas casas y caballerizas que se encontraban en lo que ahora es el Centro Cívico de Tamaraceite, en la calle Doctor Juan Medina Nebot, quien fue el que construyó el cine, pasando posteriormente a manos de Don Manuel Marrero Barrera, propietario de la mayoría de los cines de la capital, entre ellos el Cuyás. Esa calle los vecinos la conocen hasta en la actualidad como "La subida del Cine".

Las entradas tenían varias categorías de asiento, en las primeras filas estaban los grandes bancos

Don José Cruz
 comunes y a los cuales se accedía por el callejón lateral, eran los más baratos. En la parte de atrás estaban las butacas de asiento individual con reposabrazos. En la planta alta había dos palcos con capacidad limitada al que accedían los más pudientes, autoridades y los amigos del acomodador de turno o de los que "echaban" la película, Miguelito García o Santiago Diepa conocido por Santiago Satán.

La primera película sonora que se estrenó en Tamaraceite fue “El último de los Vargas”. Las películas de más éxito para el público tamaraceitero eran las de Jorge Negrete, formándose grandes colas para conseguir una entrada. En sus primeros tiempos había función los viernes, sábados y domingos con pases a las 7 y a las 10 de la noche. Para los niños había una sesión a las 3:30 con películas de Tarzán, de romanos o del oeste americano que luego poníamos en práctica al terminar la película por las calles del pueblo.

Pero el Cine Galdós creció al amparo de la Sociedad de Recreo ya que se utilizaba en muchos casos para hacer representaciones musicales o teatrales. En los años 60 siendo presidente de la misma Antonio Cabrera, Tiburcio Molina secretario, Lorenzo Martel vicepresidente y Fernando Arencibia bibliotecario, y dadas las grandes inquietudes culturales de esta Junta, se hizo que se viviera una época de gran actividad cultural: obras de teatro, conferencias, diálogos y la edición de la revista “Habla palabras” creada por un grupo de seis o siete personas. A raíz del interés creado por la revista y patrocinado por la Sociedad vinieron a Tamaraceite destacadas personalidades del mundo cultural de la isla como Pinito del Oro, el escritor Orlando Hernández, Mary Sánchez y los Bandama, el cantante Miguel Ronda y otros.

Obra de teatro en el Cine
También el cine se transformaba en teatro con Mariquita González y posteriormente con Don Raimundo donde se pudieron ver zarzuelas como “La Dolorosa”, “Los Claveles”, “La Rosa del Azafrán” y “Los Gavilanes”, entre otras muchas de las más famosas del género lírico español. Según me cuenta uno de esos actores de la época, el artista Juan Alberto Díaz, para representar actos culturales en el cine, las comedias, teatro y demás, tenía que ser siempre los lunes porque es cuando no había función cinematográfica y aprovechaban que Circuitos Marrero, propietario del Cine Galdós y de otras salas en Las Palmas como el Cuyás o el Sol, les autorizaba.

Las tiendas y los bares eran lugar de paso obligado a la salida del cine o en el descanso, que se aprovechaba para recargar energías mientras se cambiaba de carrete. Una de las tiendas era la de Mariquita Serapita en la misma subida del cine, donde se podía comprar embutidos, chorizos, arroz, pan, golosinas, chufas y chochos. Posteriormente la tienda de referencia era la de "Santiaguito el del helado". Siempre llevábamos algo para gastar en algún polo o golosinas, nunca más de medio duro. Mientras los pequeños iban a las tiendas los mayores lo hacían a los bares como el de Cristóbal o el de Vicentito, porque había sesiones para los más pequeños a las 4 y a las 7 y a las 10 las de los mayores.

El Cine Galdós desapareció a principios de los años 80 cuando comienza a hacer furor la televisión en color, las grandes salas en Las Palmas y el uso del coche privado y la guagua que facilitan que este lugar emblemático vaya teniendo cada vez menos seguidores, desplazando al público a otras salas capitalinas sobre todo con la creación de los Multicines Royal y Galaxy.

Al margen del Cine Galdós, me gustaría destacar a tres personas que nos pillan muy de cerca y que están muy relacionadas con el Séptimo Arte y les une Tamaraceite de una u otra manera. 

Voy a empezar por la más célebre de nuestras paisanas, Patricia Medina, que logró saborear las mieles
del cine más auténtico como actriz en Hollywood. Su padre, Ramón Medina Nebot, que vivía en una gran casona en El Puente, a principios del S XX se fue a Sevilla a estudiar Derecho y al terminar sus estudios se trasladó a Inglaterra donde contrae matrimonio y tiene tres hijas. Una de ellas, Patricia Medina, se dedicó a la dramatización e inició su carrera cinematográfica en Inglaterra en 1937 desarrollando un papel al lado de David Niven y Annabella, marchándose  en 1947 a Estados Unidos donde  tuvo la oportunidad de trabajar con directores de la talla de Orson Welles en Confidential report (1955), y de realizar películas como El  Mitchell (1942),  They met in the dark (1943),  Débil es la carne (1947), El capitán O’Flynn (1949), Mi mula Francis (1950), Fortunes of captain Blood (1950); la secuela Bandera pirata (1952), Las aventuras de Dick Turpin (1951) y Lady in the iron mask (1952), Las Mil y una noches con La alfombra mágica (1951), Aladdin and his lamp (1952) y Siren of Bagdad (1953) y  El fantasma de la calle Morgue (1954) entre otras.

De pequeña venía con su padre a la casa de su abuelo al Puente, donde se reunían todos los tíos y primos.


Otra de nuestras paisanas de las que les quiero hablar es de Paola Torres, hija de Federico Torres, muy conocido en el distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya. Estudió bachillerato en el IES Cairasco  de Figueroa de Tamaraceite, donde fui compañero de clase, y luego se trasladó a Madrid a cursar estudios superiores. Comenzó su carrera en el mundo de la moda de la mano del equipo de Sybilla pero llegó al cine gracias a Pedro Almodóvar con 'La mala educación'. Ha trabajado con directores de la talla de Álex de la Iglesia, que le brindó su primera nominación al Goya, por 'Mi gran noche'. Paola Torres ganó el premio Goya al mejor diseño de vestuario por su trabajo en la película "1898. Los últimos de Filipinas", dirigida por Salvador Calvo, en su segunda nominación a los premios de la Academia Española, tras su concurso con Mi gran noche, de Alex de la Iglesia.

Por último, y lo dejo para el final por su juventud, les quiero hablar de Joan Romero, natural de Tamaraceite, publicista, guionista y director de la webserie SHARIF, entre otras, que estuvo escribiendo esta historia durante casi cuatro años. Él perteneció durante varios años al Grupo Cuenta Conmigo Animación que surgiera del IES
Tamaraceite de la época, y que animados por Conchi Moreno, se iniciaron en el mundo del espectáculo. Joan realizó una incursión en labores cinematográficas  con el trabajo SHARIF y cosechó algunos éxitos en diversos festivales como el MLC Awards (Wisconsin, EE.UU.), donde fueron semi-finalistas, en Prisma Independent Film Awards (Roma) donde fueron finalistas, en el Independent Shorts Awards(Los Ángeles, California) donde no solo llegaron a la final, sino que les concedieron una Mención de Honor.

Joan Romero
interpretando a SHARIF

'SHARIF' es una webserie atípica, fuera de lo común, realizada por Joan Romero, director y guionista.  Junto a Juanfra Domínguez, director de actores y su mano derecha, lograron una mezcla de géneros cinematográficos, de épocas históricas, de tiempos, de espacios, de personas reales y seres fantásticos.

Esto es solo una muestra de que Tamaraceite ha sido y es un barrio de cine. Hoy en día podemos disfrutar de unas magníficas instalaciones cinematográficas en el Centro Comercial Alisios que hacen la delicia de los más pequeños y muchos mayores y nos permiten trasladarnos a los lugares más insospechados sin movernos del sillón.

miércoles, 28 de julio de 2021

La catástrofe de la Presa del Toscón


Vamos a recordar hoy un acontecimiento que sembró el pánico y la consternación entre los habitantes de Tamaraceite, San Lorenzo y Tenoya allá por los años 30 del S XX. Entre lo que cuenta la tradición oral y lo que recoge el periódico Diario de Las Palmas de la época y la carta Etnográfica del Cabildo Insular de Gran Canaria, les voy a trasladar este acontecimiento que supuso la noche más negra para nuestro pueblo de Tamaraceite y sus pagos, denominándose "La terrible catástrofe del Toscón". 

La presa del Granadillar, de Jacomar o El Toscón (se le conoce por los tres topónimos) fue construida entre los años 1930 y 1932 sobre otra que ya se encontraba en la zona. Alcanzó una altura de unos 20 metros de altura y cuyo proyecto fue realizado por el ingeniero Simón Benítez Padilla. La presa llena podía alcanzar 110.300 metros cúbicos de agua. Una presa que después de terminada, y debido a los periodos de sequía nunca había sido llenada.

Después de dos años, a la Presa de Granadillar empezó a entrar agua y se llenó por primera vez. La alegría de los agricultores de la zona por tener agua para el riego pronto se convirtió en llanto ya que la estructura de la presa no aguantó tal presión y sufrió una rotura que nadie esperaba ya que era relativamente nueva, al llenarse completamente por primera vez el 21 de febrero de 1934. Según cuenta la prensa de la época y la tradición oral, el estruendo fue como un terremoto en plena noche. Al romperse el muro de la presa las aguas discurrieron violentamente por el Barranco del Toscón destruyendo por completo el Puente de La Hoya de la carretera que desde Las Palmas conduce a la Villa de Teror, así como varias casas de mayordomos y algunas fincas de plataneras, falleciendo ocho personas entre adultos y niños. Se la conoció entonces como la terrible Catástrofe del Toscón.

El Diario de Las Palmas lo recogió así en 1934:

(…) La inmensa avalancha de agua, unos 150.000 metros cúbicos, arrastró árboles, piedras y tierra, con cuyo material taponó el puente del barranquillo de Teror, represándose nuevamente. La fuerza del gran volumen rompió la contensión, lanzándose otra vez vertiginosamente, en una extensión de cuatrocientos metros de ancho por tes y cuatro metros de altura, barranco de “Jacomar” abajo.

En su desengrenada carreta las aguas arrastraron dos casitas, situadas en el lugar conocido por “El Barranquillo”, propiedad una de don Lorenzo Montesdeoca y habitada por su mayordomo llamado Ramón y conocido por “El Pastor”, su esposa y dos niñas, una de un año y otra de tres. La otra vivienda arrasada estaba un poco más abajo, y la habitaba el mayordomo de don José Velázquez, llamado Maximiano Sánchez, que dormía con su esposa y dos hijos pequeños en una de las habitaciones, encontrándose en otra inmediata los mayores Modesta, María y Adán y en la cocina otra menor llamada Eva. Además durmió allí anoche, contra costumbre, el gañán de una finca vecina propiedad de don Lorenzo Montesdeoca, llamado Rogelio Herrera Ortega. Las dos viviendas fueron totalmente arrasadas, no quedando de alguna ni la señal y sus habitantes envueltos en la corriente y arrastrados» 

(Diario de Las Palmas, 23-2-1934).

Según estudios realizados por el geógrafo Jaime J. González Gonzálvez, en 1944 el  ingeniero presista Julio Alonso Urquijo elaboró un informe para la Jefatura de Obras Públicas de Las Palmas sobre la Presa del Toscón donde afirma que la presa se vino abajo por no haber ejecutado cimientos. Para los peritos la causa de la rotura fue la capa arcillosa que cementa los conglomerados: al llenarse el embalse durante un invierno excepcional, tras varios años de sequía y calores, hubo un corrimiento del terreno por las fisuras producidas en la arcilla. Y al fallar el terreno del cimiento intervino la segunda causa: el empuje de abajo arriba del agua, la subpresión. Según el presista autor del Proyecto, Simón Benítez Padilla, que realizó una visita a la presa tras la rotura, corrobora -el corrimiento del terreno- la presencia de una larga grieta, claramente perceptible a todo lo largo de la ladera siguiendo la orilla exterior del cimiento.

Esteban G. Santana Cabrera

jueves, 24 de junio de 2021

La historia viva del fútbol en Tamaraceite

 



Tamaraceite está haciendo historia. En pocos años ha cumplido varios sueños, campeonato de la Tercera División Canaria, poder jugar la Copa del Rey, ascender a 2ªB, y por último jugar la fase de ascenso para la 1ª RFEF, la gloria para un equipo modesto. Aunque ahora lo engrosan “figuras” del fútbol canario, algunos ex de la UD Las Palmas como Asdrúbal, David González, David García, y otros, Tamaraceite siempre ha sido cuna de grandes figuras del fútbol. Verdad es que no todos pudieron cumplir la gloria de Juanito Guedes, pero sí que hubo otros grandes jugadores que brillaron con luz propia y engrosan la larga lista de jugadores que jugaron en la UD Las Palmas o en su filial.

Pero la historia del fútbol en Tamaraceite viene de muy atrás. Por ello, hemos querido recuperar la historia de la UD Tamaraceite desde sus orígenes, personajes y equipos que han forjado la historia de nuestro equipo y de nuestro barrio. Este proyecto está basado principalmente en la recuperación de momentos, imágenes cedidas por nuestros vecinos, por algunos de aquellos jugadores que llevaron el nombre de Tamaraceite por los campos de Gran Canaria. Desgraciadamente muchos de ellos ya no están con nosotros hoy en día, pero con este proyecto pretendemos homenajearlos para que queden para siempre en nuestra memoria.

Un proyecto que tiene varias fases, la primera fue el trabajo de campo, la recuperación de las fotografías, casa por casa, rebuscando entre los papeles más escondidos del ropero, tratando de encontrar a las familias que aparecían en las imágenes de aquel jugador que ya había fallecido, pero que estaba allí, en esa imagen para siempre. Esta parte ha sido, si cabe, la más dura pero la más bonita a la vez, porque cada fotografía trae aparejado un testimonio, una historia, un recuerdo, que para esa persona es único e irrepetible. Muchas lágrimas hemos visto derramar en esos momentos, de recuerdos de juventud o de amigos que ya no están pero que siempre permanecerán en nuestra memoria.

La segunda fase fue la de selección del material. Para ello me he rodeado de un elenco de primera división, entre los que hay exjugadores, expresidentes, exentrenadores y familiares que vivieron momentos que se reflejan en las imágenes. Escoger entre una imagen y la otra ha sido muy difícil también, porque cada fotografía tiene su valor, histórico y sobre todo sentimental.

La tercera fase fue la realización de este álbum fotográfico que presentamos hoy donde recogemos estas imágenes y que quedarán para siempre en la memoria de los tamaraceiteros. La publicación de este álbum fotográfico, tengo que decir, que ha sido apoyada desde el minuto uno por Miguel Ángel Ramírez, presidente de la UD Tamaraceite, y por Héctor Ramírez, Presidente de la UD Tamaraceite, vecinos de nuestro barrio, que vivieron desde pequeños el ir y venir de nuestro equipo y sin cuya contribución, este proyecto no hubiera podido ver la luz.

Por último, el cuarto eslabón es la exposición de fotografías, y donde la FEDAC, el Fondo de Fotografía histórica del Cabildo Insular de Gran Canaria, ha hecho posible

que podamos tener una fabulosa exposición y además, que las fotografías pasen a un fondo documental patrimonio de todos los grancanarios. Por ello quiero agradecer a Gabriel Betancor, responsable de este departamento su colaboración con este proyecto.

Para ver este álbum fotográfico hay que echar la vista atrás, cuando el balón no rodaba sin tropezar con las piedras de los estanques que servían de campo de fútbol y que proliferaban en nuestro valle por ser una zona muy rica en el sector agrícola. Los estanques vacíos como el del Lomo Juanito Amador, el tanque Machado, La Manzanilla, Las Cañas u Hoya Ayala, eran los estadios improvisados donde se congregaban los vecinos, sobre todo en aquellos grandes torneos de aficionados y que traía a equipos del extrarradio a jugar con los del pueblo. Ahí se curtieron esos primeros jugadores que formaban en las filas del Porteño de la Isleta y que sería el comienzo de la historia del Tamaraceite cuando Pepito Tejera, Lorenzo el Blanco y Pedro Dumpiérrez apostaran por traer el club hasta nuestro pueblo y ponerle el nombre de Tamaraceite. Pero de ahí, de esos campos surgió la figura que nos alumbra a todos los tamaraceiteros y a los grancanarios y cuyo nombre ondea en nuestro campo, Juanito Guedes. Él salió también del Juventud Tamaraceite y del Porteño antes de dar el gran salto a los campos de la Primera División Española y donde todavía, 50 años después de su partida le siguen recordando.

Del verdiblanco pasamos al blanquiceleste, esos colores que llenan de ilusión a muchos niños y jóvenes de este barrio hoy en día gracias al encomiable trabajo de su presidente Héctor Ramírez que ha resucitado no solo a este equipo sino que ha logrado formar una escuela de fútbol que es una gran familia. Muchas gracias a todos.


sábado, 16 de enero de 2021

Tamaraceite está de fiestas, a pesar del COVID


Por Esteban G. Santana Cabrera  

Al barrio de Tamaraceite no hay pandemia que lo pare para "celebrar" las fiestas en honor a su santo patrón San Antonio Abad, siempre de manera humilde como somos por aquí. La pequeña comisión  y la parroquia aúnan esfuerzos para que San Antonio Abad de Tamaraceite no se quede sin festejos,  más entrañables, sin tracas ni voladores pero con mucha ilusión. Los actos arrancaron el pasado sábado 9 de enero con el pregón de Doña Mercedes Sanz Dorta Concejala Presidenta del Distrito Tamaraceite San Lorenzo Tenoya que habló de ese Tamaraceite participativo y de la implicación de sus vecinos en la mejora de su entorno más cercano. Y no deja de tener razón porque si de algo podemos sentirnos orgullosos en nuestro “barrio” es que es un vecindario unido, participativo y solidario. Y buena muestra de ello fueron las fiestas del pasado año, que volvieron a brillar y se recuperaron en su más alto esplendor, como las de antaño.

Esta edición los actos se han tenido que adaptar a la realidad que estamos viviendo pero no ha faltado la colaboración de personas y entidades como la  de  la escuela de cantos HEART BEAT y gracias a la colaboración de su director Alberto Jaria, hemos podido disfrutar de un precioso festival de la canción virtual a través del Facebook de las Fiestas de Tamaraceite.

En 2021 las reinas y el míster  del año pasado han prorrogado su mandato un año más por estas circunstancias especiales. Pasarán a la historia como las “majestades” que más tiempo estuvieron coronando las fiestas del barrio. No hay mal que por bien no venga.

Este domingo se celebra el día del santo patrono con una solemne función religiosa que guardará las medidas de seguridad previstas por el COVID y que ha unido a la gente del barrio para que la iglesia y el santo estén como todos los años, aunque este no pueda salir en procesión. Casualidades de la vida, este 17 de enero nuestro equipo del barrio se ha desplazado hasta Andalucía para enfrentarse al San Fernando. No sé por qué, pero creo que este año, el partido se lo llevará San Antonio, porque para eso vino el equipillo en peso esta semana a realizarle la ofrenda, como todos los años, y perdirle junto a su máximo dirigente el presidente Héctor Ramírez y su técnico Chus Trujillo, que les acompañe en esta nueva “misión” por los campos de 2ª B. El fútbol siempre ha estado ligado a las fiestas de Tamaraceite no solo con el Torneo San Antonio Abad sino con los recordados partidos de fútbol femenino en Hoya Ayala.

Las fiestas de San Antonio Abad de Tamaraceite son para recordar, y así ha sido el empeño de la comisión a través de las redes sociales subiendo fotografías de antaño, cuando ni San Antonio se imaginaba que esto fuera a ocurrir. Ya han anunciado que la bendición de animales será virtual, así que las mascotas se podrán bendecir si salir de casa.

Ya dijo en el año 2013 uno de nuestros pregoneros ilustres Don Luis Cristóbal García Correa reconocido por el Cabildo de Gran Canaria como Hijo Predilecto de la isla por su constante defensa de la naturaleza y por el destacado papelque ha jugado en la vida social de la isla : " hemos sido un pueblo y lo queremos seguir siendo. Que sepan quienes nos visitan que estamos abiertos a todos, para juntos compartir las dichas de la ilusión y de la alegría. Que nadie se encuentre o se sienta solo. «Que se viven tres días, uno para trabajar, otro para la diversión, y el otro dedicarlo a pedir perdón». Seguro que juntos lo pasaremos mejor. Vengan y lo comprobarán. Por ello insisto en anunciar, proclamar y pregonar las fiestas conmemorativas del Nuestro Patrono San Antonio Abad.

Y yo le pondría la coletilla, hoy, especialmente en estos tiempos de pandemia, son unas fiestas para la reflexión, para la unión y el recuerdo. ¡Viva San Antonio Abad! ¡Viva Tamaraceite!


domingo, 4 de octubre de 2020

Adiós Francisco, adiós Obispo


En 
estos días la Iglesia de Canarias despidió al que fuera nuestro pastor durante quince años, el Obispo Francisco Cases Andreu. El papa Francisco aceptó su renuncia al gobierno pastoral de esta diócesis el 6 de julio de 2020, pero continuó al frente como administrador apostólico hasta ayer en que ya entró
oficialmente el nuevo obispo José Mazuelo.

 Los diocesanos estamos tristes por un lado y contentos por el otro. Por un lado la tristeza nos embarga porque el obispo Francisco en poco tiempo se convirtió en un canario más. Trataba de conocer todas las realidades y hacerse uno con todos, personas, parroquias, movimientos y pastorales. Pero por otro lado estamos contentos porque hemos tenido a un obispo bueno durante quince años y que permanecerá en nuestros corazones por siempre.

No lo tuvo fácil al comienzo ya que venía a sustituir a Ramón Echarren, que en palabras del teólogo Agustín Cabrera, se situaba en el corazón de la renovación teológica y eclesial-pastoral, científico-social y ética que promovió el pensamiento/filosofía y las ciencias sociales o humanas, la teología contemporánea y el Concilio Vaticano II.

Francisco, aunque fue nombrado un 26 de noviembre de 2005, no fue hasta el 27 de enero de 2006 cuando tomó posesión. Lo recuerdo con especial cariño porque realicé los comentarios para RTVE Canarias junto a Martín Ramos y al compañero Javi González Castellar, lo viví desde dentro, y les confieso que con especial emoción. Un aprecio que se fue acentuando a medida que lo fui conociendo a través de las entrevistas que le realizaba para Radio Tamaraceite emisora diocesana y por los encuentros que la radio nos brindaba, ya fuera desde la Fundación hasta en los momentos de celebraciones y otros más informales.

Nuestro Obispo será recordado por su cercanía al pueblo, estando presente en todos los acontecimientos a los que se le invitaba. Con su Corolla blanco, heredado del anterior obispo, se presentaba en barrios y pueblos, en cualquier evento, misa o celebración que fuera invitado. Detrás de su rostro amable hay un hombre introvertido pero cercano, que no le pone peros a una foto y menos a un selfie. Uno de sus últimos cargos fue ser miembro de la Comisión Episcopal para el Clero y Seminarios desde marzo de 2020. Pero además en este tiempo estuvo en la Comisión Episcopal de Seminarios y Universidades de 2017 a 2020. De 2005 a 2017 fue miembro de la Comisión Episcopal de Apostolado Seglar. De 1996 a 2002 lo fue de Doctrina de la Fe. De 2002 a 2005 perteneció a la Comisión Episcopal del Clero y de 1993 a 2002 a la de Seminarios y universidades.

Pero muchos le conoceremos por su pasión por la radio, por su apuesta por la evangelización a través de los medios de comunicación y su enamoramiento de Radio Tamaraceite, de su proyecto parroquial, que fue creciendo hasta convertirse en una realidad diocesana, la voz de la diócesis de Canarias. Fue presidente de la Fundación Pía Tamaraceite y en esa mesa de trabajo pudimos compartir muchas horas de conversaciones por tratar de "salvar" el proyecto para que el Evangelio continuara siendo Palabra Viva a través de las ondas de la radio. Su misa de las 8:30 de la mañana era el programa más escuchado, y nunca faltaba a su cita salvo que se encontrara fuera de la isla.

Fue un obispo siempre dispuesto a escuchar. Me viene a la cabeza una alusión del Papa Francisco sobre

sábado, 22 de febrero de 2020

Miguel Martín Fernández de la Torre dejó su huella en Tamaraceite

Miguel Martín Fernández de la Torre fue una de las figuras fundamentales de la arquitectura española del movimiento moderno con una intensa producción en las Islas Canarias. En 1965 Jesús Arencibia, ilustre artista de Tamaraceite encargó el diseño de un edificio en un solar de su propiedad a este insigne arquitecto, hermano de Néstor Martín Fernández de la Torre.  
Este edificio en su momento propiedad del pintor Jesús Arencibia, de tres plantas, situado en la calle Doctor Medina Nebot y la Carretera del Norte C-813 en Tamaraceite, estaba alojado el Estudio Fotográfico Paco Vargas y la Heladería de Verdú. Situada en el centro social y cultural del Tamaraceite de los años 60, enfrente del antiguo Ayuntamiento de San Lorenzo y por la Calle Doctor Medina Nebot enfrente del Cine Galdós. 
El inmueble propiedad de los herederos de Jesús Arencibia se encuentra actualmente en estado de semiabandono. 
La familia de Miguel Martín-Fernández de la Torre donó el extenso archivo del arquitecto a la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que lo ha digitalizado y abierto a su consulta a través de la web y donde se pueden consultar los planos de este popular e histórico edificio de Tamaraceite.

domingo, 19 de mayo de 2019

El Tamaraceite resurge de las cenizas

La UD Tamaraceite está viviendo un momento histórico. Campeón de la Liga de la Tercera División Canaria y con muchas posibilidades de ascender a 2ª B, un logro, si lo consiguiese, nunca alcanzado por este equipo, que llegó a militar en Tercera División en los años 80 para posteriormente llegar a desaparecer. Afortunadamente el Tamaraceite ha podido renacer de sus cenizas y ahora mismo es algo más que un club ya que realiza más que una labor deportiva,  una labor social en el barrio, ya que su Escuela de Fútbol está subvencionada por la Fundación Ralons y los niños no tienen que pagar cuotas ni comprarse el equipaje para pertenecer a la cadena.  Hablar de fútbol en nuestro pueblo es sinónimo de cuna de innumerables jugadores de los que algunos llegaron a brillar con luz propia, jugando incluso en la Unión Deportiva Las Palmas, como Juanito Guedes y Carmelo, sin olvidar a Pedro y Santiago que fueron dos porteros que llegaron a la selección de Las Palmas.
Antes de jugar en el Tamaraceite los chiquillos se “formaban” en los múltiples “estanques” que por esta zona abundaron a lo largo de nuestra historia. El “tanque de Machado”, el “tanque Las Cañas”, “la Muralla”, etc.. son algunos de los muchos nombres de los campos de aquella época y que servían para dar las primeras patadas cuando la única diversión era jugar al fútbol y que acogían los célebres partidos de solteros contra casados y solteras contra casadas en las fiestas de San Antonio Abad.
Pero vamos a echarnos unos años atrás, sobre los años 20 y 30, cuando sólo había equipos en la ciudad de Las Palmas, fuera de esa jurisdicción existían tres equipos, “ El Apolinario”, y en Tamaraceite tres equipos regionales, el “Luz y Vida” llevado por D. Manuel Acosta, el “Sporting” y el “Cervantes”. El Tamaraceite surge del antiguo “Porteño”, que lo trajo D. José Tejera Santana, Matías Tejera Hernández, Pedro Gutiérrez y Lorenzo Medina, el año 1958. Cuando vino a Tamaraceite jugó con el nombre de “Porteño” durante cinco años. En esa época una alineación típica era: portero Pancho Viera, Lorenzo, Cide, Viera, Bermúdez, Tomás, Angel Molonwny, los hermanos Nóbrega, Arturo y Brezi. Los colores eran verde y blanco.
Pero en Tamaraceite también había equipos aficionados como el “Juventud” que lo llevaba Antonio Arencibia y donde jugó Guedes, el “Victoria” llevado por Gregorio el pintor, “Piratas” llevado por Lorenzo Marrero y el “Rival”, “El Puente” y el “San Antonio”.
En esa época se comenzaban a usar los balones de válvula y las botas de tacos, que las trajo Bonifacio Vega Nuez de Inglaterra, ya que antes las botas eran de “chaso” y los balones eran muy pesados. Todos estos equipos jugaban o mejor entrenaban en un campo que se encontraba donde ahora está el colegio Adán del Castillo y los partidos de competición se celebraban en el “Antonio Rojas” (donde está el Centro de F.P. de Cruz de Piedra) y en el campo que estaba en el llano de Martín Freire.
El antiguo campo Juan Guedes se construyó en el año 1962 y en su construcción colaboró mucha gente entre los que estaba Juanito Guedes. Para ir a jugar los partidos de fuera de casa muchos recuerdan todavía ir a Teror, Bañaderos o Arucas y otros pueblos de la isla en la camioneta de Salvador Cabrera. Un personaje que lo dio todo por el Tamaraceite fue Lorenzo Medina que jugó en el “Luz y Vida”. Ya en el Tamaraceite fue entrenador, delegado y vicepresidente.
En la temporada 1963-64 se le cambia el nombre de “Porteño” al de “U.D. Tamaraceite”. La sede estuvo en varios lugares, en un cuarto en casa de Lorenzo, al lado del “Ovejero”, en casa de Pedro Tejera, frente al molino viejo, en el cine ya en tercera división tres temporadas y ahí empezó el declive económico y deportivo de este equipo. Pepe Julio Hernández vivió todas las etapas del U.D. Tamaraceite, más de 40 años, primero como jugador, como utillero, cantinero, y en año el 89, cuando el equipo iba a desaparecer, coge el equipo como presidente, donde estuvo 8 años pagando deudas, hasta que se retiró por enfermedad. En 1998 retomó la directiva como vicepresidente, estando en la presidencia Armando Santana hasta que desapareció. De esas cenizas resurge años más tarde de los hermanos Ramírez, Miguel Ángel y Héctor, que fuera jugador del Tamaraceite y actualmente presidente del mismo. 
Mientras celebrábamos el ascenso a 2ª B, fallecía en su La Aldea, natal, Folito, el que fuera durante los años 60 y 70 entrenador de la UD Tamaraceite, y que dirigió a un Tamaraceite que todavía es recordado por muchos chiquillos que hoy peinamos canas. Un Tamaraceite histórico que hacía un fútbol preciosista. En la liga 72-73 la prensa se hacía eco de los logros del Tamaraceite, de la mano de Teófilo Yanad (Folito), luchando por ascender a lo más alto de la Regional. La alineación por aquellos años en Regional la formaba Pedro en portería,  Manolito, Ramón,  Pepe Juán, Julio Hernández, Armando o Miguel el "Moro", Miguel Ramírez,  Pepito (Botija) Julio (hijo de Lorenzo el blanco) y Guerrita. Más tarde vendrían otras figuras como Marino y Maxi. Folito, también ejerció de entrenador del Juvenil y del Regional en diferentes temporadas, consiguiéndose un ascenso a 2ª Regional sobre los años 67-68.
En la larga historia del Tamaraceite hay que resaltar la figura de Juan Guedes que saltó del “Porteño” a la “U.D. Las Palmas”. Fue directivo de la “U.D. Tamaraceite” aunque por poco tiempo, ya que la F.E.F. no dejaba que un jugador profesional en activo fuese directivo de otro equipo. Por ello se le dio el título de presidente honorífico. La U.D. Las Palmas, en la época de Miguel Muñoz, entrenó en el antiguo campo Juan Guedes, y los chiquillos de la época podíamos admirar a jugadores tan entrañables como Morete, Brindisi, Carnevalli, Wolf, Castellano y Germán entre otros, que corrieron por el antiguo Juan Guedes  en la época más importante de la U.D. donde llegó a disputar la final de la Copa del Rey con el F.C. Barcelona.
La UD Tamaraceite actual conjuga veteranía con juventud, jugadores que han militado en la UD Tamaraceite y otros que son del barrio, pero no quiero terminar sin nombrar a jugadores de los años 80 del Tamaraceite como los del juvenil con Castillo en la portería, Marcos, Sevilla, Fran y Pepito, Alexis, Juani Guedes, Suso y Pedro y en punta el “Chato”, Carmelín y Claudio. Esperamos y deseamos los que amamos este pueblo que la U.D. Tamaraceite, y siga llevando el nombre de Tamaraceite por todos los campos de las islas y si alcanzamos la 2ªB, por la Península.

Por: Esteban G. Santana Cabrera

domingo, 17 de marzo de 2019

Tamaraceite rinde homenaje al médico Don Aurelio Gutiérrez

LPDLP. A partir de ahora el pueblo de Tamaraceite tendrá en su callejero a uno de sus vecinos más queridos, el médico Don Aurelio Gutiérrez Brito. Una de esas calles, donde vivía y tenía su despacho, por las que él paseaba, se encontraba con sus pacientes y en donde en muchas ocasiones se entablaban relaciones más allá de las del médico-paciente, llevará su nombre para siempre. Personalmente estoy muy orgulloso, no solo porque conocí personalmente a Don Aurelio, fue el médico de mi familia, era mi vecino, él en el 166 de la Carretera General y nosotros en el 170, además nos une una buena amistad con algunos de sus hijos, sino que encima fue un modelo para nosotros por su capacidad de trabajo, su sencillez, cercanía y naturalidad. Muchas conversaciones tuve con él sobre Tamaraceite, sobre su profesión y en los últimos años sobre su deseo de escribir un libro sobre su vida. Pero recuerdo especialmente las conversaciones con mi madre después de haberse quedado viuda con cuatro hijos pequeños y donde Don Aurelio siempre estuvo cercano, como médico y como vecino.
Para los que no lo conocieron tan en profundidad, o no pasaron más allá de la relación médico-paciente, me gustaría contarles que aunque no nació en Tamaraceite, lo hizo en la calle Luis Morote de Las Palmas de Gran Canaria, pasó más tiempo de su vida entre nuestras calles y en su vivienda de la Carretera General. Don Aurelio creció en el seno de una familia trabajadora de cuatro hermanos. La muerte de una de sus hermanas y de su madre le hizo madurar muy rápido en una época en la que la Guerra Civil le tocó de lleno, con apenas ocho años. Comenzó sus estudios en el colegio Don Justo, situado en la calle Doctor Miguel Rosas, y tenía claro que su verdadera vocación era la Medicina, pero se enfrentaba al problema de los escasos recursos familiares con los que contaba. Cuando decidió comunicar su interés por estudiar Medicina se encontró con dos reacciones diferentes en su entorno; una, la de las amistades que le decían que si estaba loco y, otro muy diferente, la de su propia familia, que al final buscó los recursos para que fuera a estudiar a Cádiz, facultad más cercana de Canarias por aquellos años.
En 1.950 comenzó sus estudios de Medicina y fue allí donde conoció a Doña Carmen García Díaz, una joven gaditana con quien terminó contrayendo matrimonio en 1961 tras siete años de noviazgo. Recordaba la ilusión con la que, al recibir su pequeño salario mensual, invitaba a su novia a tomar una cerveza y unas bolas de dulce de coco en la calle Ancha. Los tres primeros años de la carrera de Medicina transcurrieron en Cádiz envueltos de circunstancias difíciles, especialmente por la muerte de su padre, contando por aquel entonces con 24 años de edad. En cuarto año de carrera se traslada a Madrid, donde fue becado.  El 4 de noviembre de 1956, tras obtener la licenciatura en Medicina por la Universidad Complutense, comenzó la especialidad de Pediatría a las órdenes del  experimentado doctor Jaso. Mediante un concurso de méritos ingresó en la Escuela Nacional de Puericultura, donde obtuvo el título de Especialista en Puericultura en 1958.
El 1 de julio de 1954 se incorporó al Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas de GC, donde figuraba inscrito con el Nº de Colegiado 490, constituyéndose como socio fundador de la Sociedad Canaria de Pediatría, aunando fuerza con otros compañeros con el propósito de mejorar la asistencia pediátrica en las islas.
Su trayectoria profesional en la isla de Gran Canaria comenzó en el ambulatorio de Agüimes, donde ejerció como Pediatra durante tres meses hasta tener el conocimiento de que quedaba vacante un plaza de pediatra en Tamaraceite. Concursó por ella y terminó obteniéndola. Don Aurelio se encontraba en un pueblo rural cuya economía dependía del cultivo de la platanera; nada que ver con el Tamaraceite de hoy en día. En el Tamaraceite de aquélla época las deficiencias sanitarias eran muy acusadas, teniendo que cubrirlas en su totalidad Don Aurelio. Éste, se encontraba en un pueblo con una elevada tasa de mortalidad infantil, sin servicio de urgencias ni dispensario para la seguridad social. Fijó su residencia en el mismo pueblo para poder atender mejor su trabajo, siendo rara la madrugada en la que no le despertaban por alguna de estas urgencias, teniendo muchas noches que desplazarse a distintos barrios de Tamaraceite  para atender todas las incidencias que tuvieran lugar. Don Aurelio habló con el farmacéutico del pueblo, Don Vicente Artiles para que cediera a la seguridad social los sótanos de la farmacia y poder abrir consulta para la población más desfavorecida, cosa a la que Don Vicente accedió muy gustosamente. De esta manera abrió el primer ambulatorio de Tamaraceite.
En su trayectoria profesional en Tamaraceite fue felicitado por las autoridades sanitarias de la época, concretamente por el inspector Miranda Junco, pues, gracias a su labor, sobre todo con el fomento de las vacunaciones, disminuyó enormemente la mortalidad infantil, labor que también reconoció el párroco Don Ignacio Domínguez, quien en multitud de ocasiones manifestó cómo habían disminuido los funerales infantiles desde que Don Aurelio ejercía la Medicina en la zona. Las enfermeras ayudantes como Antonio Domínguez, Rosita o Mercy fueron piezas imprescindibles en su labor como médico, así como la buena relación con Don José García, el otro médico del pueblo y con los practicantes Don Santiago, Alfredo y José Ramón.
Su actividad en Tamaraceite no sólo se suscribió al mundo de la Medicina, sino que participó en múltiples actividades sociales. Destacó su labor en la difusión del fútbol, concretamente, en la Unión Deportiva de Tamaraceite, actividad por la que el querido alcalde Don Juan Rodríguez Doreste  le premió en un homenaje donde le reconoció también su labor en la difusión del deporte y en la lucha contra la droga. También reseñar su labor en el mundo de la educación; especialmente, en el instituto Cairasco de Figueroa, donde junto con otros padres constituyó la Asociación de Padres de Alumnos de dicho instituto y durante muchos años desempeñó una gran labor como presidente del APA, entablando una gran amistad con el entonces director del centro Don Julián Arroyo.
En Tamaraceite formó su familia con su esposa Doña Carmen García Díaz, matrimonio que le dio seis hijos: cuatro varones y dos chicas; a los que les facilitó estudios y formación universitaria y les transmitió importantes valores basados en la unión familiar, el esfuerzo y la superación. Un duro golpe, quizás el más duro de su vida, fue el fallecimiento de su hija mayor, Inma en un accidente de tráfico, a los 16 años de edad. El amor y la pasión por su trabajo, hizo que  prolongara su vida laboral hasta los 70 años, edad a la que finalmente se jubiló. Tras su jubilación fue nombrado en Comisión Permanente de la Junta Directiva del Colegio Oficial de Médicos de Las Palmas, Colegiado Honorífico de la institución. Don Aurelio recibe de Tamaraceite el premio más importante, que es el cariño de sus vecinos y de su pueblo de adopción, ya que para siempre estará presente en su callejero para que no sea olvidado por las generaciones futuras.
Por Esteban Santana