jueves, 16 de junio de 2016
Suso Vega presentó su último libro en la Casa de la Cultura de Tamaraceite
Me tocó a mí la enorme responsabilidad de presentar este último libro de Suso Vega aquí en mi pueblo de Tamaraceite y ante mi gente, aunque también tuve el honor de presentar hace ya la friolera de veinte años en Antigua y Melenara sus primeras cartas al viento. Como marca el protocolo en cualquier presentación de un libro se comienza presentando al autor. Pero qué quieren que les diga que ustedes ya no sepan. Me atrevo a definirlo con una frase: "Suso es ante todo una persona con una extrema sensibilidad". Sensibilidad que le hace estar más receptivo al dolor de los que le rodean, de ver más allá de lo que cualquiera de nosotros pudiéramos llegar, pero de ver con mayúscula. Porque no es fácil ver con la mirada de Suso, siempre atento a los problemas de los demás y con una gran capacidad para comunicar, con la palabra y con la pluma. Cartas al Viento, que como él ha dicho en más de una ocasión y no sé si hoy también lo oiremos, son cartas escritas a veces sin remitente, lanzadas al aire y dejadas a la buena de Dios a que sean leidas por personas distintas, grandes y pequeños, hombres y mujeres, jóvenes y no tan jóvenes, de aquí y de allá. Haciendo un recorrido por los lugares por los que ha estado destinado como párroco y donde ha sabido ir descubriendo poco a poco las entrañas de su gente, sus emociones y sentimientos, sus penas y sus alegrías.
Estas Nuevas Cartas al Viento no difieren mucho del estilo de aquellas que recopiló hace veinte años en otro libro, porque su estilo es el mismo, su sensibilidad, su transparencia, su sentido crítico,...
Si quieren que les digas la verdad, y creo que es el título de una de sus cartas, hablando en cristiano. Nos habla de Dios, pero sobre todo de la vida diaria, de los problemas con los que se encuentra, con sus vivencias cotidianas, a las que él de manera tan peculiar es capaz de sacarle la enseñanza más bonita. Dios está detrás de cada una de las cartas de este libro, un Dios que es amor y alegría, fiesta y amistad. Un Dios cercano a jóvenes y a mayores, que ríe y sufre junto a él.
En veinte años Suso, muchas cosas han cambiado. No somos los mismos físicamente claro está, momentos de caída libre y momentos de euforia y alegría. Unos que llegaron y otros que se han ido. Pero veinte años no es nada y es mucho, sobre todo para estas Nuevas Cartas al Viento que presenta Suso esta noche aquí en Tamaraceite. Se han cargado de emociones y sensibilidad, de momentos compartidos y sobre todo de gran amistad. Todas ellas bajo la atenta mirada de ese Dios bueno del que él siempre nos habla desde el ambón cuando tiene el alba y la estola, pero también en los momentos de alegría y en los no tan buenos de la vida diaria. En definitiva, y para no cansarles, porque aquí a quien queremos escuchar esta noche es a Suso, les animo a leer esta nueva edición de cartas al viento y a descubrir en cada una de sus palabras la voz de Dios.
viernes, 8 de abril de 2016
El pío pío surge en Tamaraceite
Comparto con ustedes un documento para la historia de nuestros equipos de la máxima categoría y cómo surge "El pío pío".
Pepe Moriana, expresidente del Claret de Baloncesto, hoy Herbalife Gran Canaria, que tantas gestas ha conseguido en los últimos años, comparte con Ser Deportivo Canarias, cómo surge el canto "Pío, pío" en el Pabellón de Tamaraceite por la "Peña el Humo" formada por la vieja guardia de la época de los 80, Tino, Tanti, Paquito, etc, etc...
No se pierdan este documento.
Pepe Moriana, expresidente del Claret de Baloncesto, hoy Herbalife Gran Canaria, que tantas gestas ha conseguido en los últimos años, comparte con Ser Deportivo Canarias, cómo surge el canto "Pío, pío" en el Pabellón de Tamaraceite por la "Peña el Humo" formada por la vieja guardia de la época de los 80, Tino, Tanti, Paquito, etc, etc...
No se pierdan este documento.
miércoles, 30 de marzo de 2016
¡Adiós Antonio, adiós Padrino!
Por: Esteban G. Santana Cabrera.
¡Llevamos una rachita en Tamaraceite qué no vean! Hace poco más de dos semanas que perdíamos a Benjamín Saavedra y quedó Tamaraceite impactada ante tal noticia. Porque cuando una persona buena y encima, buena persona, se nos va, un vacío se nos queda en el cuerpo y en el alma. Pero a la marcha de Benjamín a la Casa Celestial se les han ido sumando estos días los nombres de otros vecinos que han contribuido a hacer la historia de nuestro pueblo, y lo que somos y cómo somos se lo debemos en parte a ellos también. Al igual que Benjamín, Rafael, Gloria, Pepe Juan, Santiago y Antonio han sido vecinos ejemplares y que han sido ejemplo de buenos vecinos, luchadores, emprendedores y trabajadores, pero sobre todo, querían a su pueblo, y cada uno a su modo, contribuyeron a crear conciencia entre sus allegados y vecinos sobre la necesidad de sentirse orgullosos de ser de aquí, de Tamaraceite.
Pero hoy, si me lo permiten, quiero recordar especialmente a Antonio Rodríguez Trujillo, "el Padrino" como todos lo llamábamos cariñosamente. Un ejemplo de superación y de que realmente se puede cambiar. Como bien me decía él en más de una ocasión, había nacido dos veces, porque le tocó vivir una primera parte en la que no supo canalizar su inteligencia y su talento en positivo, recordemos que estudio electricidad, lo que le llevó a la "mala vida", envuelto en el alcohol y la paranoia y a estar de carnaval de febrero a febrero.
Pero Antonio supo aprovechar la segunda oportunidad que le dio la vida y se convirtió en un vecino amable, querido por grandes y pequeños, cariñoso, que siempre tenía una palabra o un hecho que contar o consejo que dar. Sus paseos por el pueblo y su presencia en todo acto civil o religioso que se preciara.
Orgullosísimo de haber sido modelo de Jesús Arencibia, sus manos quedarán para siempre plasmadas en el mural de nuestra iglesia parroquial de Tamaraceite. Antonio "el padrino" fue galardonado años atrás como Premio Radio Tamaraceite a la superación, ya que logró, tras muchos años sumidos en el alcoholismo y la marginalidad, desengancharse y reinsertarse en la sociedad. ¡Y vaya que se reinsertó! En noviembre de 2014 Tamaraceite le volvió a tener en cuenta y se le hizo un homenaje por parte del Ayuntamiento en la Casa de la Cultura para reconocerle su valor.Fue un ejemplo al valor que tuvo al afrontar la enfermedad y hablar sin reparos de la muerte, ésa que nos llega a todos y a todas algún día.
Orgullosísimo de haber sido modelo de Jesús Arencibia, sus manos quedarán para siempre plasmadas en el mural de nuestra iglesia parroquial de Tamaraceite. Antonio "el padrino" fue galardonado años atrás como Premio Radio Tamaraceite a la superación, ya que logró, tras muchos años sumidos en el alcoholismo y la marginalidad, desengancharse y reinsertarse en la sociedad. ¡Y vaya que se reinsertó! En noviembre de 2014 Tamaraceite le volvió a tener en cuenta y se le hizo un homenaje por parte del Ayuntamiento en la Casa de la Cultura para reconocerle su valor.Fue un ejemplo al valor que tuvo al afrontar la enfermedad y hablar sin reparos de la muerte, ésa que nos llega a todos y a todas algún día.
Antonio, siempre te recordaremos, Igual que a Benjamín, desde estas líneas pido a las autoridades municipales a que consideren a Antonio Rodríguez "el padrino", como propuesta a formar parte de nuestro callejero, porque aunque su espíritu siempre estará con nosotros, nuestras calles son de nuestra gente, de la gente buena que, como Antonio,con su ejemplo, engrandecieron a este pueblo.
miércoles, 23 de marzo de 2016
Rafael Rodríguez (el Alpupú): un abuelo y mucho más
LPDLP. Conocí a Rafael como un hombre serio que muchas veces jugaba a reír y ser bromista. Sobre todo con su amigo inseparable Manuel Santana el Cazuela, otro gran personaje del pueblo de Tamaraceite, también fallecido. Rafael y Manuel eran conocidos por sus nombretes: Rafael 'el Alpupú' y Manuel 'el Cazuela'. Los dos dieron muchos momentos de alegría a los parroquianos de Tamaraceite con sus parodias y sus aparentes y divertidas discusiones.
Pero lo del humor era sólo una faceta de su vida. Fue un hombre creyente, responsable y serio en sus compromisos. En él puse toda mi confianza mientras fui cura en Tamaraceite. Se ocupaba de manejar los dineros de la iglesia. Contaba semanalmente lo que se recogía en las colectas dominicales y lo ingresaba en la Caja.
En la vida familiar ejerció, sobre todo, de abuelo. Hablaba de ellos con emoción. Los éxitos de sus nietos los convertía en éxitos suyos. Y como se emocionaba fácilmente, al hablar de ellos sus ojos se humedecían al instante.
Consciente de eso, y queriendo recoger el testimonio del Rafael abuelo, el día que falleció pedí a su nieta, Samantha, compartir juntos un artículo en sui recuerdo. Y esto es lo que ella ha escrito: "Nunca se encuentran las palabras adecuadas para consolar la pérdida de un ser querido. Los abuelos forman una parte crucial de nuestra vida, nos malcrían a la vez que nos ilustran con increíbles historias que parecen sacadas de otra vida. No obstante, nunca nos preparan para vivir sin ellos, y aunque sabemos que es ley de vida, no existe un momento adecuado para que duela menos. Para cada persona significa algo diferente, yo sólo puedo hablar de lo que ha significado para mí y mi familia la pérdida de Rafael Rodríguez Rodríguez.
Son mil y una las historias que tenemos hijos y nietos. Unas divertidas, otras de lección de vida, y otras, cómo no, reprimendas merecidas: al fin y al cabo somos la fusión "alpupú- fandango", así que todos hemos sido un poco trastos.
Pese a alguna colleja, siempre se mostró paciente y dispuesto a ayudar. Nos enseñó el valor de las cosas, a ser buenos economizadores, respetuosos y justos. Incluso a algunos de nosotros nos enseñó a disfrutar del intelecto y del razonamiento a través de sus partidas magistrales de ajedrez.
No sólo fue querido por su familia y amigos, sino que además fue siempre bien valorado en su trabajo, con el que disfrutaba incluso en su hogar. "La carpintería de abuelito", allí nos mostraba y empapaba de su ingenio, convirtiendo simples trozos de madera en espadas o pistolas, poleas, colgadores, incluso puertas, en definitiva, cualquier cosa que necesitáramos.
Fue un luchador hasta en sus últimos momentos, y pese a que lo daban por perdido, el resurgía una y otra vez, como decimos en casa: Rafaelito Rodríguez genio y figura hasta la sepultura.
Aún llegando el final, nunca dejó que nadie se le impusiera, dejando siempre claro su papel para nosotros, nuestro querido Patriarca.
Fue un hombre de ideales atemporales, "chapado a la antigua" como le decíamos los más jóvenes, pero no lo tuvo fácil, era del 30 y su gran espíritu de superación, inquebrantable hasta el final es uno de sus legados. A pesar de los tiempos que tuvo que correr, vivencias, acontecimientos e historias hicieron que se adaptara y modernizara a los de hoy, haciendo de él un Marido, un Padre y Abuelo cuya vida es un referente a seguir.
A todos se nos llena la boca al hablar de mi abuelo, quien no dudó en ningún momento de privarse de lujos para que nosotros pudiéramos tener siempre todo lo que necesitáramos.
Su pérdida ha dejado un gran vacío en nosotros, pero su amor, su cariño, sus enseñanzas, nuestros más preciados recuerdos junto a él siempre quedarán, haciéndonos sonreír cada vez que lo recordemos diciendo cosas como: "Totorota", "Mentecato", sus míticas fotos sin cristales en las gafas o sin mirar a la cámara porque no le gustaba el reflejo, o sus refranes favoritos: "Un ricachón mentecato, ahorrador empedernido, por comprar jamón barato lo compró medio podrido. Entre botica y galeno gastó doble del jamón por no comprar jamón bueno, hoy piensa que fue un loco puesto que economizar no es gastar mucho ni poco, sino saberlo gastar".
Y así será como lo recordaremos, como un hombre sabio que siempre nos tendió la mano, al que quisimos, querremos y sobre todo, jamás olvidaremos".
domingo, 20 de marzo de 2016
¡Adiós Benji, adiós!
Benjamín con Suso Vega |
Por: Esteban G. Santana Cabrera
Quiero confesarles que hoy es un día especialmente triste para mí, porque como bien dice el estribillo de la canción "cuando un amigo se va, algo se muere en el alma". Y no deja de ser cierto este párrafo, porque los amigos forman parte de esa familia que nosotros hemos sumado a nuestro alrededor y que nos acompaña, nos arropa, nos animan, nos bajan a la realidad,...están aunque no estén,
Quiero confesarles que hoy es un día especialmente triste para mí, porque como bien dice el estribillo de la canción "cuando un amigo se va, algo se muere en el alma". Y no deja de ser cierto este párrafo, porque los amigos forman parte de esa familia que nosotros hemos sumado a nuestro alrededor y que nos acompaña, nos arropa, nos animan, nos bajan a la realidad,...están aunque no estén,
Hoy un trocito de mi alma y la de muchos tamaraceiteros, y no exagero con lo que digo, se nos ha muerto con el fallecimiento prematuro de Benjamín Saavedra Pérez, Benji como le decíamos nosotros familiarmente. Apareció en mi vida y en la de mi familia recién llegado del internado San Antonio, del que salió para poder echar un cabo en la economía familiar.
La historia de Benjamín es la de un niño de familia numerosa, con una madre enferma y un padre ingresado permanentemente. De pequeño es internado en el Orfanato San Antonio donde estuvo hasta los 14 años en que sale de allí para incorporarse un año en el colegio e inmediatamente dejarlo para ponerse a trabajar para poder ayudar en casa. Limpiar palomares, descargar camiones, carpintero, peón de la construcción, ayudante de supermercado, etc.. fueron algunos de sus empleos, de los que por supuesto no cobraba una nómina sino que vivía de la buena voluntad de los que lo "contrataban". Víctima del engaño de más de un desaprensivo, mi amigo Benjamín compaginaba su trabajo con los cuidados de su madre enferma. Siempre buscaba un hueco para sus dos aficiones, jugar al fútbol y ver la tele. Recuerdo aquellas tardes de fútbol en el Adán del Castillo, sus regates, y su inteligencia moviendo el balón. ¡Cómo respetábamos a Benjamín!
A pesar de su situación económica y personal, siempre tenía tiempo para los demás, para echar un cabo en lo que podía a los que lo necesitaban más que él, que desgraciadamente "haberlos hailos". A mi madre le ayudó mucho en el bazar. Llegaba por las noches después de una dura jornada lavando coches, descargando camiones, en una carpintería, o en lo que fuera, y siempre tenía tiempo para ayudar. ¡Y siempre sonriendo!
Afortunadamente mi amigo Benjamín, fue un ejemplo de constancia y perseverancia. Ya cumplida la veintena tuve la oportunidad de prepararlo para sacar el graduado escolar, que lo obtuvo con mucho esfuerzo y dedicación. De buen corazón y sobre todo de mucha generosidad, consiguió un trabajo fijo, en la Pescadería de Andrés, y en él se le valoraba lo mucho que valía. Era la sonrisa y la alegría de la tienda y eso lo puede refrendar cualquiera. Por todo esto fue reconocido como Premio Radio Tamaraceite a los valores y a la superación en el año 2005.
Afortunadamente mi amigo Benjamín, fue un ejemplo de constancia y perseverancia. Ya cumplida la veintena tuve la oportunidad de prepararlo para sacar el graduado escolar, que lo obtuvo con mucho esfuerzo y dedicación. De buen corazón y sobre todo de mucha generosidad, consiguió un trabajo fijo, en la Pescadería de Andrés, y en él se le valoraba lo mucho que valía. Era la sonrisa y la alegría de la tienda y eso lo puede refrendar cualquiera. Por todo esto fue reconocido como Premio Radio Tamaraceite a los valores y a la superación en el año 2005.
A veces el nacer en "buenas familias" no da lo importante de esta vida que es ser "buena persona", con corazones grandes como los de Benjamín y otros tantos, y que para mí, como bien le decía a él en muchas ocasiones, tiene el cielo ganado en el sentido amplio de la palabra.
GRACIAS Benjamín, amigo, por tu amistad desinteresada, por tu humildad, tu sencillez y tu simpatía.GRACIAS por ser ejemplo para muchos de nosotros. te fuiste a tu estilo, sin decir nada, en silencio, sin querer molestar. No pudimos despedirnos, pero un trocito de tí siempre permanecerá en nosotros, en tu pueblo de Tamaraceite, en su gente y espero, y lanzo el reto a quien competa, ver tu nombre en el callejero de alguna de nuestras calles, más temprano que tarde. D.E.P
martes, 9 de febrero de 2016
¿Me conoces mascarita?
Por Esteban G. Santana Cabrera |
LPDLP.¿Me conoces mascarita? Una expresión que ya pertenece a nuestro pasado más entrañable. ¡Cómo han cambiado los carnavales en los últimos cincuenta años! Se ha ido pasando progresivamente de un carnaval activo a un carnaval pasivo. Un carnaval en que nos teníamos que fabricar nuestro propio disfraz, con lo que teníamos en casa o con ropa prestada, y ahora todo viene hecho, en su mayoría de China. Cualquier artilugio o disfraz que queramos está en el mercado. Un golpe duro a la imaginación de niños y mayores. Todavía recuerdo cuando deseábamos que llegase el carnaval para salir a la calle, e ir de casa en casa a pedir un "huevito". Una tradición que con el tiempo se ha perdido, y a mi modo de entender, con ella ha ido desapareciendo la escencia de las fiestas de las carnestolendas. Yo no viví la "fiesta prohibida" que vivieron mis padres y abuelos, a los que a muchos les tocó correr delante de la policía armada con aquellos trajes de "arretrancos" o aquellas fiestas casi clandestinas debajo del bombillo del farol callejero al son de una música discreta para no ser oídos por las autoridades. Cuando pedías “un huevito” te respondían: “espera que voy a buscar los del perrito” o también gritaban: “el guardia, el guardia” para que los chiquillos corrieran. Para estas generaciones la “mascarada” era poder decir con la cara tapada lo que no podías decir ni hacer con la cara descubierta, por la represión que había en la época franquista.“Chona la negra”, trabajaba en Las Palmas y traía ropas a la cueva donde vivía para que los chiquillos se disfrazaran.“Francisquito el ratón” se ponía su careta de perro y corría detrás de los chiquillos asustándolos. Anita Peñate vendía “fotingos”, se ponía una “vasinilla” en la cabeza y los chiquillos corrían detrás de ella. Lola Tejera, hermana de Inés Tejera, se ponía una careta y con un pandero recorría La Montañeta mientras que los chiquillos iban detrás de ella. En todo pueblo había un punto de encuentro del carnaval, en el Tamaraceite de aquellos años era cerca de la casa de Prudencio Medina, porque ahí había un bombillo, sólo había dos en toda la zona. La luz era la que marcaba el punto de encuentro porque se aprovechaba para los bailes. En los años 60 y 70 en nuestros pueblos eran tradicionales las fiestas de la Sociedad de Recreo, para los más pudientes, y las del Cine, a la que podía ir toda la gente sin distincion de clase social. Allí se entremezclaban ricos y pobres, los de la Montañeta y los de la Carretera, los de aquí y los de afuera, todos unidos al son del ritmo que imprimían las orquestas de moda del momento, La Tropical o Los Covina. Incluso había tiempo para las fiestas infantiles a las 5 de a tarde. Las cosas han cambiado, hemos pasado de un carnaval familiar y de pueblo o de barrio, a un carnaval mediático y comercial. Ya no hace falta salir de casa para vivir el carnaval, se puede hacer desde el sillón de casa y sin ponerse un triste antifaz. Y sobre todo, no se dice esa frase que tantos recuerdos me trae: ¿me conoces mascarita?
jueves, 14 de enero de 2016
Tamaraceite suena a Chácaras
Hemos recién acabado las fiestas de Navidad y damos comienzo a una de las primeras fiestas del año de la ciudad de Las Palmas de GC. La apertura de las fiestas de los pueblos es un honor que le toca a un pregonero o a muchos como es el caso de este año. Por el ambón de los pregoneros han pasado profesores, escritores, barberos, empresarios, periodistas, jóvenes y mayores que se convierten por unos minutos en maestros de la oratoria, encargados de dar la bienvenida a nuestro santo patrono San Antonio Abad de Tamaraceite.
Este año 2016 tenemos el enorme placer de añadir a la ilustre lista de pregoneros de Tamaraceite a un grupo de voces que lleva más de treinta años sembrando la buena música y el nombre de Tamaraceite por muchos lugares de nuestra geografía insular. El “Grupo Folclórico Voces y Chácaras”, así es su verdadero nombre, constituido como asociación el 12 de septiembre de 2004, es uno de los grupos musicales de nuestro pueblo, y no me equivoco si digo, el más importante, por su trayectoria y composiciones. Una historia que comenzó a finales de los años 70 cuando un grupo de chicos y chicas, algunos todavía estudiando EGB y otros empezando el Bachiller, comenzaron con gran ilusión a reunirse, de la mano de Chano, para preparar y ensayar los cantos para la Misa del Gallo, en la época del cura Don Manuel. La mayoría de sus componentes eran de Tamaraceite aunque los había también de otros barrios. Muchos de estos jóvenes formaban parte de la rondalla del colegio Adán del Castillo, dirigida entonces por Santiago Nuez, componente del grupo Los Gofiones, otros eran alumnos del colegio Valencia, que eran dirigidos por Gregorio, el hijo de Manolito el barbero. Aquella Misa del Gallo salió tan bien que se animaron a seguir reuniéndose y es a partir de este momento cuando comenzaron a existir como grupo. Empiezan a organizar distintos actos con el fin de recaudar dinero con fines solidarios pero también para comprar instrumentos, que aún hoy se conservan como el contrabajo, las chácaras, los tambores de La Gomera y otros instrumentos de artesanía.
En una segunda etapa, Fernando Arencibia, padre de Antonio, les cedió un pequeño local conocido como El Almacén, que acabó convirtiéndose en un club de jóvenes, más que en un local de ensayo, al que acudían casi todos los días. A comienzos de los años 90 Antonio Arencibia convenció a “Enchi” para que reuniera de nuevo al grupo y así evitar que sus canciones se perdieran. Fue tanta la insistencia de Antonio que el grupo se volvió a unir, esta vez bajo el nombre de Chácaras, casi con los mismos componentes, entre los que estaba el mismo Antonio Abad Arencibia que actuó con ellos en dos ocasiones.
Hay que destacar que la influencia de Antonio fue importantísima. Canciones como Tamaraceite bonito, Tierra Canaria, Pa´l Pino, San Lorenzo (cuyo título original fue Canción para las fiestas populares de San Lorenzo),Arguineguín, La niña de los ojos negros, Doramas, Guayermina, Mi Gran Canaria... y otras que intercalaban con las populares de siempre como Somos costeros, Isas Parranderas, etc.
En el año 2001 grabaron un disco que recoge un repertorio de canciones muchas de Antonio Abad Arencibia, que volvimos a escuchar esta noche, en el lugar donde tanta huella y horas dedicó, la iglesia parroquial.
Este grupo de voces masculinas ha organizado tres encuentros de solistas, han participado en muchos, si no la mayoría de los encuentros de villancicos de Tamaraceite y los mercadillos solidarios, bailes de finaos y aniversarios de la radio parroquial. En el 2010 actúan por segunda ocasión en el programa Tenderete, que presenta otro de nuestros vecinos Raúl Arencibia, pero también han participado en programas de la TVC como “Mi barrio es mi mundo” y han colaborado con otros artistas como Nayra Sosa en la grabación de un cd.
Ha pasado por varias etapas este grupo a lo largo de estos treinta años, luces y sombras, algunos de silencio, otros de esplendor. Pero siempre acompañados por el espíritu de Chácaras, ese que tanto hizo por ellos y por Tamaraceite, Antonio Abad Arencibia, que nunca los ha dejado solos.
¡Les animo a disfrutar un año más de las Fiestas de San Antonio Abad de Tamaraceite! Seguro que no van a ser las fiestas más brillantes, con más actos, con el mejor programa, pero les animo a que participen de cada uno de sus actos, para no perder lo poco que nos queda de la historia de nuestro pueblo de Tamaraceite. Porque si perdemos nuestras fiestas pederemos buena parte de nuestra identidad. Pero los protagonistas esta noche fueron ellos, el “Grupo Folclórico Voces y Chácaras”. Felicidades por tan entrañable pregón.
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