lunes, 5 de abril de 2010

Una afición no muy común


Entiendo que no es muy común ver a un tipo con unos prismáticos acostado en el suelo de noche viendo y contando estrellas, aunque en mi caso llegó a ser lo más normal del mundo. No por el mero hecho de soñar sino más bien por curiosidad y comprender esta maravillosa ciencia. Un día por curiosidad cogí unos prismáticos que teníamos en casa, unos Kenko 10X50 y se me ocurrió observar el firmamento con ellos, la verdad que en ese momento y tras 5 minutos me dije que eso era muy complicado para mí y que como no comprendía lo que observaba no le dedicaría más tiempo. Unas semanas más adelante mientras cursaba 3º BUP en el Cairasco de Figueroa una fría mañana de Diciembre de 1995, reparo en que se me olvidaron en casa unos ejercicios que se iban a corregir ese mismo día, así que no me quedó más remedio que sacrificar el descanso del recreo e irme a la biblioteca junto con algunos compañeros, donde el silencio sepulcral era su santo y seña. Los ejercicios no eran nada del otro mundo y en 10 minutos prácticamente estaban resueltos, una vez resueltos y mientras se sucedían las bromas risas entre los compañeros, presté atención a los libros que tenía en la estantería de enfrente, reparo en unos pocos clasificados como ciencias naturales pero apartados del resto, me refiero a que el orden de apilado de los libros en esa estantería en concreto era de izquierda a derecha y estos pocos libros estaban uno encima del otro en la parte contraria de la estantería, como si estorbaran o algo parecido, no pude resistir la curiosidad y me acerqué a ver por qué estaban apartados del resto, cuál fué mi sorpresa al ver que uno de esos libros se titulaba "Como observar el firmamento con prismáticos", no podía salir de mi asombro, naturalmente ese mismo día pedí prestado el libro en la biblioteca donde una tal Estrella, me cedió el libro sin problema alguno no sin antes recalcarme la fecha de devolución, el libro era una traducción al español de un conocido divulgador y Caballero Inglés llamado Patrick Moore, donde explicaba generalmente la clasificación de las estrellas más brillantes del cielo por constelaciones, con la ayuda del libro ya comencé a ponerle forma a todo aquel caos de estrellas, para la nochebuena del '95 ya reconocía todas las constelaciones del cielo de Invierno, pero tenía una limitación, la azotea de mi casa de Piletas no disponía de mucho campo de visión, así que no me quedó más remedio que buscar un sitio con un cielo más abierto y poca contaminación lumínica, el lugar elegido, la cercana montaña de San Gregorio, en un principio siempre iba reclutando con éxito amigos y conocidos que tenía por aquellos años, pero hay que entender que a todo el mundo no le gusta esta afición y aunque al principio había mucho entusiasmo, se iban aburriendo poco a poco, algunos confundieron esta afición con el avistamiento de Ovnis y , lógicamente salieron decepcionados, entre tanto durante el transcurso de las semanas pude seguir reconociendo más estrellas y constelaciones con la ayuda de aquél magnífico libro y las buenas condiciones de transparencia que ofrecía por entonces el cielo de San Gregorio en los puntos más alejados de la civilización, sobre todo mirando hacia el sur donde lucían magníficas las constelaciones del Centauro y la esquiva cruz del sur, esta última de forma parcial, los planetas Júpiter y sus 4 lunas perfectamente visibles con los prismáticos (realmente tiene más de 20 satélites), Venus y sus fases, el escurridizo Mercurio inmediatamente tras anochecer, el rojizo Marte y Saturno aunque el anillo era invisible a mis modesto equipo . Poco me duró el "observatorio", lo que tardaron en cansarse los amigos y para ir yo solo pues no me arriesgaba, así que dejé de lado durante un tiempo los prismáticos, unos meses más tarde anunciaron por televisión que para la 2º semana de Abril del año 1996 sería visible el cometa Hyakutake, cerca de la estrella Arturo, todo un hito por lo cerca que pasaría de nuestro planeta, ya reconocía esa estrella y por este cometa volví a coger los prismáticos de nuevo y aguardé pacientemente a que se retiraran las nubes esa noche de máximo acercamiento que, para más señas era Viernes y, ciertamente fué todo un espectáculo, a simple vista se veía enorme con su brillante cabellera y su gran cola, no cabía en el campo de los prismáticos y se me quedó una huella que no me abandonaría nunca, esta era mi afición y decidí en ese momento dedicar bastante de mi tiempo libre a recopilar información y comprender los fenómenos y la mecánica celeste y, como no comprender el clima de la zona, para poder decidir que días y qué condiciones eran más apropiados para observar y cuáles no, obteniendo conclusiones bastante interesantes.Unos meses más tarde allá por Junio de 1996 nos mudamos a la parte Sureste de la isla y aquí he seguido evolucionando en el aprendizaje esta ciencia, ahora mismo ya dispongo de varios telescopios, prismáticos gigantes, cámaras, etc....aunque esto quizás sea otra historia. Pero jamás podré olvidar mis primeros pasos en la materia el tiempo que residí en el Barrio de Piletas..Recientemente he recibido una de mis fotos de la luna ha sido elegida "Lunar Photo of the day" en la web LPOD gestionada indirectamente por la Nasa, foto que me gustaría compartir con todos ustedes. http://lpod.wikispaces.com/February+26%2C+2010
Fuente: Israel Tejera Falcón http://astrovecindario.blogspot.com

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