Por Esteban G. Santana Cabrera |
Soy nacido y criado en el barrio de Tamaraceite. Vivo en la misma casa donde nací y me siento orgulloso de ser de barrio. Me gusta salir de casa y saludar a la gente de toda la vida, con los que compartía en mi infancia momentos de juego en la calle o en los campos de fútbol, que en otra época eran estanques. Como vecino de nuestro querido barrio de Tamaraceite, aunque somos muchos los que nos resistimos a llamarle barrio sino pueblo, no puedo evitar sentir la necesidad de dirigirme a todos ustedes para expresar una creciente preocupación que comparto con muchos de ustedes: la falta de respuesta de las autoridades municipales a nuestras demandas ciudadanas.
En poco más de 30 años, hemos sido testigos de un desarrollo brutal de nuestro barrio sobre todo a lo que se refiere al número de edificaciones. Sin embargo, esta evolución no ha venido acompañada del necesario progreso en servicios e infraestructuras que mejoren nuestra calidad de vida. La construcción de viviendas es esencial, pero la creación de un entorno habitable y funcional va más allá de las paredes de nuestras viviendas. El plan de reposición de los Bloques, Las viviendas del Patronato Francisco Franco es interminable, se está convirtiendo en un "gueto" a donde están llegando personas en precario de toda la ciudad y donde se puede conseguir una vivienda tapiada por unos pocos cientos de euros.
Uno de los problemas más apremiantes es la situación del transporte público en Tamaraceite. Nos enfrentamos a desafíos diarios para movilizarnos dentro y fuera del barrio debido a la falta de un servicio de transporte eficiente y bien conectado y al sufrimeinto de los atascos de entrada y salida en horas punta. Es fundamental que abordemos esta cuestión para facilitar la movilidad de todos, desde los más jóvenes hasta los mayores.
La ausencia de un centro de salud con especialidades en nuestro barrio también es motivo de gran preocupación. La atención médica debería ser accesible para todos, y es necesario que trabajemos juntos para exigir la construcción de un nuevo centro de salud que satisfaga nuestras necesidades y garantice una atención médica de calidad.
Además, la carencia de parques y zonas verdes afecta directamente a nuestra calidad de vida. Todos, especialmente los más pequeños, merecemos espacios públicos donde podamos disfrutar del aire libre, hacer ejercicio y pasar tiempo de calidad con nuestras familias. La creación del Corredor verde, por el cual esperamos desde hace más de 10 años, y la creación del Parque Agroambiental de las Charcas de San Lorenzo, serían un paso significativo hacia un entorno más saludable y sostenible.
Otro aspecto crítico es el estado de la limpieza, el alcantarillado y el asfaltado en nuestras calles. La falta de mantenimiento ha llevado a problemas que afectan directamente nuestra seguridad y bienestar. Exigimos la renovación de estas infraestructuras básicas para garantizar un entorno limpio, seguro y funcional.
Por último, pero no menos importante, la conservación de las fachadas históricas del barrio es esencial para preservar nuestra identidad y patrimonio. Debemos instar a las autoridades a implementar medidas que protejan y restauren estos edificios que dan carácter a Tamaraceite, y que el plan de rehabilitación que propuso el concejal anterior, el API 08, contemplaba el derribo de muchos edificios para que pudieran aumentar el número de plantas, o la desaparición de muchas casas cueva en la Montañeta a cambio de la permuta por un piso compartido.
Como barrio histórico, donde surgió la primera Asociación de Vecinos de España, tenemos el poder de hacer oír nuestras voces y hacer que las cosas cambien. Propongo que nos movilicemos como vecinos, uniéndonos en un esfuerzo conjunto para expresar nuestras preocupaciones a las autoridades municipales. La colaboración y la participación activa son clave para lograr el desarrollo integral que nuestro barrio merece.
Desde estas líneas insto a los colectivos vecinales, sociales y culturales del barrio, a que se unan y luchen por los derechos de los vecinos y vecinas de Tamaraceite. No todo son centros comerciales, supermercados, fiestas y actos culturales, que sí que son importantes, pero primero recuperar nuestra dignidad, sin más engaños, como el Centro Sociocultural Jesús Arencibia que lleva ocho meses cerrado a cal y canto a pesar de que se inaugurara antes de las elecciones y nos lo vendieran como el “nuevo eje cultural del distrito”. Juntos, podemos presionar de manera efectiva para lograr mejoras tangibles en Tamaraceite.
Hagamos de este esfuerzo una oportunidad para fortalecer nuestro sentido de comunidad y trabajar juntos en la construcción de un futuro más próspero para todos. Nuestro compromiso y determinación serán fundamentales para influir en las decisiones del ayuntamiento y de su alcaldesa y lograr un Tamaraceite que refleje verdaderamente nuestras necesidades y aspiraciones.
Gracias por su atención y cuenten con mi apoyo en esta importante iniciativa.
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