sábado, 23 de octubre de 2010

¡Qué tiempos aquellos de la tele en blanco y negro!



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¡Qué tiempos aquellos! Hoy me he encontrado por casualidad una canción de "Los Triunfitos"  que me ha hecho casi sin querer volver la mirada atrás, cuando la tele unía a la familia no como ahora que se pelean por el mando. Había lo que había y generalmente siempre gustaba. Recuerdos de la tarde de los sábados, en que, sentados enfrente al televisor en blanco y negro de lámparas, esperábamos pacientemente a que comenzaran los dibujos después de la película, que la mayoría de las veces era del oeste americano. A estas series normalmente le acompañaba el bocadillo de jamón con mantequilla o queso y si ese día se podía, generalmente el fin de semana,  el vaso de clipper o baya- baya. Los tiempos cambian y la tele también. Las series de antes eran para todos, porque no había otra. Ahora, afortunada o desgraciadamente, podemos elegir entre no sé cuántas cadenas lo que hace que, incluso en la misma casa, cada cual vea lo que quiera o le apetezca pero sin compartirlo con el resto, sin comentarlo y casi sin disfrutarlo. En Tamaraceite los chiquillos nos íbamos a la tienda de Macriver o a la de Santiaguito Ramos para ver en sus escaparates la tele a color, algo que nos parecía extraordinario y si le preguntamos a los chiquillos de hoy piensan que ha existido toda la vida. Cuando llegó la Segunda Cadena allá cuando comenzaba el Mundial de Naranjito, el del 82, cuando los Mundiales tenían mascota, las azoteas de Tamaraceite se llenaban de antenas del segundo canal y Fernando el de la ferretería se hacía el agosto ya que no daba abasto con la demanda. Recuerdo algún chiquillo, que hoy está por la cuarentena, que se dedicaba a montar antenas en La Montañeta a cambio de una propinilla para poder comprar las cámaras de las bicicletas y los parches para cuando pinchaban. La tele ha cambiado y nosotros también. No sabemos si cualquier tiempo pasado fue mejor, lo que sí que está claro que se compartía más, delante de la tele, sin tanta publicidad y sin estos programas basura que ponen a horas infantiles y que no son aptos ni para mayores de edad en muchos casos. Por esto, hoy he disfrutado de Los Triunfitos, porque me han hecho revivir momentos pasados que ya casi tenía olvidados.

1 comentario:

Sergio Naranjo dijo...

La tele empezaba al mediodía los sábados, y como novedad, no se interrumpía un rato, como de lunes a viernes.
Una programación de sábado:
Carta de ajuste.
Gente de Canarias, con Joaquín Soler Serrano.
Telediario 1ª edición.
Dibujos animados.
Primera sesión. (Tarzán, Jerry Lewis...)
Los payasos de la tele.
Aplauso.
Serie (Vacaciones en el mar; Los ángeles de Charlie...)
¡Y a misa de las ocho y media, gamberros!

Abrazo fuerte.