miércoles, 30 de mayo de 2018

Tamaraceite a Tercera haciendo historia

Fuente. Tinta Amarilla

Tinta Amarilla. Terminó por adelantado este jueves el concurso de la UD Tamaraceite en la categoría Preferente de Las Palmas. Lo hizo como campeón y tras ganar 1-3 al Maspalomas, en el Sur de Gran Canaria.
El equipo que dirigió Chus Trujillo -tras relevar en el cargo a Ibán Rodríguez- deja una marca de ensueño a su paso por la categoría. El listón de puntos logrados lo eleva a 90, con 29 victorias, 3 empates y 4 derrotas. Lo hace en una campaña de 36 partidos en el calendario.
Y además, sitúa en 105 los goles marcados por sus jugadores. Estas dos cifras mejoran la que era notable aportación de Las Palmas C en 2016-17, que con Ángel Sánchez a la cabeza, fue también campeón de Preferente con 87 puntos (27 victorias, 6 empates y 1 derrota), marcado 101 goles a favor y encajando 15. El filial amarillo jugó en un campeonato de 24 jornadas, mejorando entonces los 83 puntos de la UD Teror en 2005-06.
Los realizadores de la UD Tamaraceite esta temporada fueron:
Eros Delgado (24)
David González (14)
Jonay Romario (12)
Borja Sebe (10)
Samuel Cassais (7)
Aythami Alvarez (7)
Mario Centeno (6)
Dani Tejera (5)
Juan Andrés (4)
Alberto (3)
David Figueroa (3)
Norberto (2)
Alejandro Pérez (2)
Braulio Martín (2)
Raúl (1)
José María (2)
Goles rivales en propia puerta (2)
Cabe reseñar que entre cuatro jugadores (Eros, David González, Romario y Borja) sumaron 60 goles esta temporada.

jueves, 10 de mayo de 2018

Medalla de Oro de Canarias a la Plataforma de Familiares de los Fusilados de San Lorenzo

Imagen:Canarias Semanal
El pasado noviembre, el Pleno del Parlamento de Canarias aprobó una Proposición No de Ley que insta al Gobierno de Canarias a conceder la Medalla de Oro de Canarias a las Asociaciones Canarias de la Memoria Histórica, dedicadas a la recuperación de los cuerpos de represaliados ejecutados durante la Guerra Civil y enterrados en fosas comunes. Entre los objetivos de estas Asociaciones se encuentra el fomento de la búsqueda, localización e identificación de las personas desaparecidas entre el inicio de la Guerra Civil en julio de 1936 y la aprobación de la Constitución Española en 1978, la elaboración de un registro de víctimas; y la divulgación de los hechos ocurridos en Canarias desde el pronunciamiento militar hasta el fin de la dictadura y, no menos importante, recobrar la dignidad personal y familiar de esas víctimas. Desde 2007, que se aprobó la norma a nivel estatal, las asociaciones para la recuperación la memoria histórica en Canarias han venido reclamando un texto autonómico que viniera a cubrir el vacío con el que se tropiezan cada vez que afrontan la búsqueda y localización de fosas y la exhumación de restos, un proyecto de Ley que se encuentra ya en tramitación.
El acto se celebrará el 30 de mayo en el Teatro Pérez Galdós.

lunes, 7 de mayo de 2018

Soy Diego González García, soldador

Se aferra a su identidad aunque casi no sepa quien es y el pasado lo arrastre entre barrancos iracundos rebosantes de aguas rabiosas, el más remoto, el del olor a platanera y tierra fértil, de cuando estaba en un cajón de madera hasta los seis años por no poder caminar, las enfermedades, el hambre extrema, la desnutrición lo convirtieron en un niño pequeño, una criaturita, más pequeño que todos los demás, pero que un día salió de la caja, su espacio de juegos, magia y fantasía y llegó con paso firme al patio viendo majestuosa la montaña de San Gregorio.

Se paró en la puerta, llovía levemente en aquel mayo, una lluvia fría de gotas finitas, parecían pequeñas navajitas cayendo del cielo negro, ese año el invierno no quería marcharse, se aferraba a ese latir del humilde rincón del universo donde nació aquel hombre ahora postrado en un hospital, callado a veces, otras hablando cosas para nosotros incoherentes, para él las más lógicas del mundo, las del niño perseguido, víctima del terror fascista, cuando vio con sus propios ojos la Nochebuena más triste el 24 de diciembre del 36, cuando la jauría, la manada, entró en su humilde casita para arrojar a su hermano Braulio de cabeza contra la pared de picón.

El cree que la ventana por donde no se ve el exterior es una especie de pantalla de recuerdos insondables, a veces las gotas de lluvia la recorren -Son lagrimas- dice sombrío, con ese color amarillo de las habitaciones de las clínicas, se ríe como si no fuera con el ese estado de cercanía con la muerte, la que nos persigue desde que llegamos a la tierra desnudos, bañados en sangre, amor y líquido amniótico.

Ayer me dijo que vio un gato, un gato blanco y negro, feliz, que saltaba de cama en cama, jugando con la inmensa tribu de viejos desahuciados, el gato que se asomaba a su puerta con una sonrisa gatuna, unos bigotes que el quisiera dibujar para sus nietas si sus manos temblorosas lo ayudaran, ponerle el nombre de sus queridas chiquititas, su nombre Diego, unidos con un corazón de los de antes, a los de Famara e Iraia, atravesado por las flechas de Cupido.

Me llamo Diego González García, soy soldador, dijo, luego se quedó mirando al vacío, el pañal, el mal olor, la incomodidad de la dependencia de los otros, luego se entretuvo observando el pasillo, ese espacio-horizonte donde a veces pasa la gente, “fulanos” dice, hombres y mujeres que pasan andando rápido, unas de blanco, otras con trajes de colores y el gato que juega con las cortinas infinitas del recuerdo.

Cuando vino Edu Robayna el periodista para el reportaje en Diario Público, no tuvo problemas en aferrarse a la foto de Francisco, su padre fusilado, para las fotos, la agarró con sus manos quemadas por las soldaduras, las vías para el suero y la medicación, no dijo nada, quizá vio algo en el fondo de su mente confundida, esa galaxia de pequeños ictus que lo alejan de lo que llamamos realidad y quizá no sea más que un sueño infecundo.


Me llamo Diego González García, soy soldador, el verdadero viaje comienza ahora.


Escrito por: Francisco González