lunes, 3 de agosto de 2015

Usos y costumbres de otra época (2ª parte)

Por Tino Torón
Las madres aparte de cuidar a sus hijos ya mas granditos los llevaban a comprar, a lavar, si eran pequeños los metían dentro de la misma cesta y si caminaban se quedaban a jugar al lado, iban en busca de agua al pilar enlazados a medio lado en el cuadril, llevando en la cabeza la cesta o cacharro. Como en casi todas las casas habían patios de flores y tierra e incluso llegué a ver casas sobre todo cocinas con el piso de tierra, los niños sueltos ya y gateando comían tierra y todo lo que cogieran a su paso, las madres les decían: “caca niño” siendo pocos los cuidados, los soltaban en cualquier sitio y con poca ropa, mi madre era costurera y tenía que tener cuidado con las agujas y los alfileres que no cayeran al suelo mientras el niño jugaba, mi hermana en casa de mi abuela bebió petróleo quedándose asfixiada, gracias que estaba mi padre y la cogió por los pies sacudiéndola, también se oían los llantos y las madres en otros cometidos no le hacían ni caso, no son como los mimos de ahora, aunque ya mas granditos iban poco a poco descubriendo su entorno ocurriendo desgracias de niños ahogados, otros caídos de paredes, etc. casos que puedo contar de mi Pueblo.
      Los niños por regla general su vestimenta era una camisa y pantalones cortos con peto y cintas a la cintura para que no se cayeran y sin ropa interior, habían muchos que se ponían las ropas de sus hermanos mayores e incluso ropas donadas por otras familias, de entre ellos muchos descalzos llegando a las escuelas y jugando en las calles, al llegar a los 10 o 12 años se iban a trabajar y el que no a ayudar a sus padres en diferentes tareas, yo iba a la acequia y al pilar acarreando agua y comida de animales ...
     Las niñas vestidas con trajes de vuelos y peinadas haciéndole rizos que era lo que se llevaba, en las escuelas se preparaban para hacer buenas amas de casa, aprendían a coser y bordar y cocinar, pues les hacían las comidas a las maestras, e incluso iban a escuelas particulares de costura.
     A estas edades las niñas ya granditas cuando llegaban el día de su santo se unían en su grupo haciendo una pequeña fiestas con chocolate y galletas regalándose sobre todo una tarjeta escritas por ellas y las he visto escritas por otros mayores, también se iban de merienda a los barrancos y montañas, antes desde pequeños estábamos muy relacionados, desde pequeños a grandes conociendo a todo el pueblo, las madres salían a la calle a llamar con gritos a sus hijos y el pueblo de Tenoya que era extensivo anclado entre lomos, lomitos y montañas, la voz caminaba y les decían “Tu madre te esta llamando”, si el niño llegaba tarde la madre le daba un coscorrón o le tiraba de las orejas y hasta le pegaba con las espargatas (alpargatas) o zapatos de casa, también los amenazaban con decírselo al padre, este dependiendo le pegaba con el mismo cinto o tortas en el culo, otros padres corregían hasta con la mirada. 
    Llegaba el tiempo de la primera comunión, en aquel tiempo se hacía desde los siete años a los nueve por regla general, el tiempo de dilatación era por ese año no tener medio suficientes , esperando un año mas, ocurriendo lo mismo, los que podían iban vestidos de marinero, de capitán… con chaquetas y pantalones cortos, sirviéndole para sus salidas, otros muy sencillos y hasta con ropas prestadas, los que no tenían lo hacían a otro día cualquiera e incluso con alpargatas dándose el caso que era la primera vez que se ponían alpargatas o zapatos, pues su niñez la vivió descalzo. En estas ceremonias se usaban zapatos de charol  y zapatos nuevos, teniendo que llevar al librito en las manos y el rosario y guantes blancos, esto es lo que les puedo contar de los varones, también prestados.
     Las niñas en la primera comunión eran de mas gastos en su vestimenta, procuraban sin tener que fuera con trajes nuevos (mi niña no hace la comunión con un traje prestado) eran trajes largos muy plegados, con vuelos y encajes de color blanco, si la niña tenía ya nueve años o más la gente decía: te fijaste parecía que se iba a casarse
También había variedad de vestidos, desde quien iban vestidas de ángel con alas, otras con trajes sobre tul, tela muy fina y transparente.
      Ese día y en mi época el cura hacía chocolate y churros, galletas, pues antes teníamos que estar en ayuno desde el día anterior, no pudiendo ni beber ni agua, en mi caso este día se me quedó pegada en el paladar y casi lloro. Las madres se ponían al lado nuestro para que no nos mancháramos, algunos llorábamos cuando las madres nos decía: ¡no te lo dije! tú ves, ahora tienes que ser un niño-a bueno-a y obediente, porque si cometes un pecado te tienes que ir a confesar, esta expresión se nos oía a las madres cuando hacíamos algo malo añadiendo este niño está condenao (condenado), éste va al infierno, mal rayo lo parta, deja que venga el padre….a que si se lo digo                        
      Aparecía ese día la figura del fotógrafo, haciéndonos una fotografía oficial en grupos y con los padres y también fotos de familias, pero para muchos había un día especial, la foto de estudio teniendo que ir a Arucas o Las Palmas, mas tarde abrieron  en Tamaraceite.
       Una vez terminado el acto salíamos haciendo el recorrido por todo el Pueblo visitando a los vecinos mas allegados a la que le entregábamos una estampita en recuerdos, dándonos unas pesetillas, dichas estampitas por regla general se encargaban en Arucas, antes había un vinculo comercial y social con esta bella ciudad lindante.
El día de las Primeras Comuniones, mi madre buscaba cambio para tanta gente ya que era costurera y conocía a muchos vecinos. Los niños y niñas eran tirados por su madre, los padres en algunos casos, llegando  el momento de estar cansados y bajo la inocencia decíamos delante de la gente, mamá, mamá, ya no puedo mas, me duelen los pies.
     Dependiendo, salíamos al domingo siguiente si no nos daba tiempo, saliendo a los pueblos cercanos y caminando, ( en mi caso llegué caminado hasta el pueblo de Cardones ya que los coches de hora amarillos pasaba una vez al día), llegando hasta él último familiar, si nos quedaban estampas, volvían a encargar y así hasta completar el recorrido.
    Cada niño llevaba una talega de trapo (tela) que parecía y llegaron a hacerse de medio calcetín, las niñas con un bolsito blanco adornado hechos hasta de barbilla, cuando estaba algo llena las madres lo pasaban a su cartera negra de charol, comprada para este día presumiendo de ella o prestada y al llegar a casa rendidos siguiéndose quejándose, quitándose lo primero los zapatos y después de los descansos, la madre contaba el dinero para cubrir los gastos y los sobrantes se quedaban los padres con ellos para otras necesidades y otros para la alcancía o hucha, yo tenía una de caja de azafrán que mi padre la reforzó con una cinta metálica, muchos ya mas granditos buscaban la manera de sacar algún dinero virándola boca abajo, utilizando una traba del pelo ú otro objeto  con arte.
Cuando se abría la hacíamos sonar como si fuera un instrumento musical, ese día la madre ante la mesa las abrían contando  haciendo montones de torretas con las diferentes monedas que a veces caían (en mi caso éramos mi hermana y yo y nos poníamos en disputa, quién tenía mas ) ese dinero era para comprar ropas y zapatos ú otras necesidades (habían familias que le decían a sus hijos, me prestas …..que ya te los pagaré, por las necesidades.
   

                                           SEGUIREMOS CON LA TERCERA PARTE

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