Por: Tino Torón |
Cuando me adentro al Pueblo de
Tamaraceite por la carretera que viene
de Guanarteme y asomo en la vuelta de Las Perreras o la bajada de la Cuesta Blanca , mi
mirada se expande como un ave que quiere volarla, contemplando la actual
imagen, viniéndome los recuerdos de los pasos de mi vida, de un tiempo que
considero no muy lejano, que ha quedado
dibujado en mi mente y creerme que cada vez que paso se me unen las diferentes
imágenes como si tuviera un libro en mis manos.
Hoy me quiero parar cerca del antiguo y
hoy histórico kilómetro 813-7, ese que parece que forma y sostiene parte del
frontis de la casa, esquina a la calle Magdalena, dando la impresión y preguntándonos
si estaba antes o fue la mitad empotrado por obstaculizar la acera, allí llegué
a ver a gente apoyada y descansando a medio lado como si fuera la albarda de un burro.
Kilómetro 7 (desde Las Palmas a Tamaraceite) |
Sindo, el menos orador, pensativo y
minucioso en el arte de la pintura, pero también de gran talento, es como si
estos barberos también le sacaran las ideas a sus clientes, cuando deja las
tijeras pasan a sus manos la paleta y los pinceles, como si sacara el plato y
la cuchara (deseos y hambre de pintar) en la actualidad ha pintado mas de un
centenar de cuadros, participando en exposiciones.
Pedro es el mas joven y el mas pequeño de
estatura, también calvo (y dicen que a los barberos se les pegan los pelos, ¡sí!
¡será por los pies!) en su mente al igual que sus hermanos, lleva toda la
historia del Pueblo de Tamaraceite, sintiéndome que vamos por el mismo camino
literario como una yunta de bueyes arando y escribiendo en el mismo surco,
tanto relatos como poesías y consejero en diferentes facetas, a pesar de ser el
mas joven, desde temprana edad de unos 12 ó 13 años, mientras el padre estaba
trabajando, él estaba a sus pies, me supongo que era el de los mandados al
mismo tiempo que aprendía, el tal vez con pantalones cortos escuchaba las
noticias y chismorreos de los mayores, por lo que a temprana edad se convirtió
en un joven hombre. Pedro cuando el sillón se queda vacío el ocupa su lugar
como para no dejarlo enfriar, leyendo, escribiendo, hablando etc. sin describir
sus poses.
La antigua barbería |
En ese tramo entre la tienda y bar de
Juan Pérez, que mas tarde se convirtió en ferretería estaban las paradas en
dirección a Las Palmas de los piratas, coches de hora, (dirección única por donde pasaban toda la
circulación del norte y parte del centro de la isla) allí se veían los trajines
de lecheras, fardos y paquetes y como no el pizco y dulces nada mas cruzar, te
encontrabas la Sociedad ,
el bar de Rafael, el de Cristóbal, el de la famosa Mariquita Villegas con la panadería,
ese callejón por donde entraba la levadura,
la harina y condimentos, salían los dulces y el pan, (obras artesanales)
al pasar se mezclaban toda clase de olores.
Una tertulia en la barbería |
Ramón "el de las flores" |
Dos sillones repintados, retapizados y
giratorios considerados antiguos en esta época y que fueron renovados por los
de madera y fijos de su padre, (antiguamente los barberos giraban alrededor del
cliente como si fuera una trilla) sillones por donde habían pasado miles de
clientes le han dejado el sabor a la ultima barbería de Tamaraceite, antes había
cerrado la de Manuel Afonso que procedía de Tenoya hermanos y sobrinos de una
zaga de barberos a los que he recopilado artículos por ser Tenoya un Pueblo
vivero de barberos.
Sentarme en la barbería era impregnarme
en arte viendo todo lo que me rodeaba a donde quiera que mirara, aquella
habitación pequeña se me hacia grande, de ella de los poros de sus paredes
quería sacar e imaginar los ecos de historias, discusiones, disputas,
chismorreos, alegrías, penas…habitación dividida por un cuarto a media altura, preguntándome
qué se guardaba y servía ese rincón, una puerta separaba la barbería del bar,
tanto es así que las conversaciones se entrecruzaban y los olores a copillas y
tapas, mientras me sentaba en uno de los cuatro asientos y sobre una mesilla
rectangular reposaban revistas y periódicos y en la esquina un televisor. (todo
el mobiliario a juego con el ambiente)
Sindo "echando una pelada" |
Pedro Domínguez en la barbería |
Barbería |
Los clientes unas veces se quedaban y
otros seguían a sus ocupaciones dejando en la calle a su paso el olor, si se encontraban
amigos por el camino o paseantes se daban cuenta que venia de la barbería,
hasta que el rastreo se iba evaporando.
Tamaraceite como Pueblo cada vez va perdiendo su identidad, la carretera
General en tramos ha dejado su viveza, hoy la vida comercial la tiene a partir
de la entrada a la Montañeta ,
al revés del tiempo de antes, (tiempos de hace unos 50 años) recuerdo en mi
juventud que ni las parejas pasaban por lo solitario y obscuridad que llegaba
hasta el Cruce “El Ovejero”
Cuando he ido escribiendo me ha dado la
sensación que he entrado peludo y barbudo y he salido pelado y afeitado, sensación
que quiero transmitir a aquellos que la conocieron.
Quiero seguir…, teniendo que dejar
tantas cosas atrás, pero tengo que aparcar para no cansarles y hacerles mas
ameno, mi hoy recorrido, pero en la despedida queda con un “clamor”….
DEBEMOS DE RESCATARLA, POR LO MENOS
SU MOBILIARIO
PARA CONVERTIRLO EN UN
FUTURO MUSEO.
(La barbería y casa de
tertulias y cultura ha cerrado)
1 comentario:
Buenas noches, todo un baño de nostalgia leer sus palabras pero le faltó nombrar a mi padre, el yerno de Manuel Afonso, Agustín Méndez otro gran profesional, barbero,como se decía antes. ¡Cuántas veces me llevó al bazar de su madre Sarito!, Sa ri tooooo , y llegaba por la reja con sus donuts ¡Cuántas veces Estebita me llamó pirata porque a mi padre se le ocurrió disfrazarme de Algarrobo 😂😂. Muchas gracias por el recorrido y por mantener la memoria de Tamaraceite. Saludos
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