jueves, 3 de mayo de 2012

El Día de la Cruz

Tal día como hoy hace muchos años ya, en tiempos de mi niñez, había una buena costumbre entre los vecinos de nuestro pueblo de Tamaraceite, poner una cruz en la fachada de la casa.
La historia viene de muy atrás, con mucho de leyenda, narra como en el emperador Constantino I el Grande, en el sexto año de su reinado, se enfrenta contra los bárbaros a orillas del Danubio, en una batalla cuya victoria se cree imposible a causa de la magnitud del ejército enemigo. Una noche Constantino tiene una visión en el cielo en la que se le apareció brillante la Cruz de Cristo y encima de ella unas palabras, “In hoc signo vincis” (Con esta señal vencerás).
El emperador hizo construir una Cruz y la puso al frente de su ejército, que entonces venció sin dificultad a la multitud enemiga. De vuelta a la ciudad, averiguado el significado de la Cruz, Constantino se hizo bautizar en la religión cristiana y mandó edificar iglesias. Enseguida envió a su madre, Santa Elena, a Jerusalén en busca de la verdadera Cruz de Cristo. Una vez en la ciudad sagrada, Elena mandó llamar a los más sabios sacerdotes y logró hallar el lugar donde se encontraba la Cruz, pero no estaba sola. En el monte Calvario, donde la tradición situaba la muerte de Cristo, encontró tres maderos ensangrentados ocultos y para descubrir cuál era la verdadera cruz donde falleció Cristo, colocó una a una las cruces sobre personas enfermas, e incluso muertos, que se curaban o resucitaban al tocar la cruz que había sido la de Cristo. A partir de ahí nace la veneración a la Santa Cruz, ya que Santa Elena murió rogando a todos los que creen en Cristo que celebraran la conmemoración del día en que fue encontrada la Cruz.En Tamaraceite las cruces eran todas diferentes, grandes, pequeñas, más vistosas, más sencillas, pero todas adornadas con lo que había. El que tenía geranios, con ellos y si no con hojas verdes.
Mi madre siempre solía ponerla en la terraza, se la hacía su prima Fermina, y la colocaba la noche anterior, dejando debajo de ella un vaso con agua, que pasaba a ser "agua bendita" porque muy temprano pasaba el cura, me acuerdo de Don Ignacio, y las rociaba con agua bendita.

No hay comentarios: