sábado, 28 de septiembre de 2024

SOS salvemos las Charcas de San Lorenzo

Por Esteban G. Santana Cabrera 

Las Charcas de San Lorenzo, el paisaje natural protegido que se encuentra entre los barrios de Tamaraceite y San Lorenzo, se encuentran actualmente en una situación alarmante debido al abandono institucional, a la incidencia del ruido y al vandalismo. Este entorno, que alberga una rica biodiversidad y una infraestructura acuífera histórica, está siendo arrasado por el paso continuo y descontrolado de vehículos de dos ruedas a motor, además de ser víctima de actos vandálicos con vertidos de escombros incontrolados. A pesar de las repetidas solicitudes por parte de los vecinos, las autoridades locales, tanto el Cabildo como el Ayuntamiento, no tienen intención de implementar un plan de conservación adecuado mientras se gastan millones en otros proyectos, a los que no restamos importancia, pero ya tenemos la mosca detrás de la oreja porque salvo algunas acciones muy concretas hace muchos años, parece que la intención es dejarlo morir.

La Ley de Patrimonio Natural y de la Biodiversidad en España establece la
protección de los espacios naturales y la fauna que los habita. Esta ley ofrece un marco legal sólido para la conservación de Las Charcas de San Lorenzo. Además, los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente el ODS 15 (Vida de Ecosistemas Terrestres) y el ODS 11 (Ciudades y Comunidades Sostenibles), subrayan la importancia de proteger y restaurar los ecosistemas terrestres y de crear comunidades sostenibles y resilientes. A esto le unimos que ha habido un acuerdo plenario, aprobado por unanimidad, para su conservación hace tres años y no se ha movido ni un papel.

Aparte del abandono institucional y las basuras, el ruido, generado por actividades como el paso de vehículos a motor, la música alta y los fuegos artificiales, tiene efectos devastadores en las aves nidificantes. Estudios científicos han demostrado que el ruido puede causar estrés en las aves, alterando sus patrones de canto y comunicación, e incluso llevando al abandono de nidos. Esto reduce significativamente el éxito reproductivo de muchas especies. En el caso de Las Charcas de San Lorenzo, el ruido constante, sobre todo del paso de vehículos, interfiere con la tranquilidad necesaria para que las aves críen a sus polluelos, poniendo en peligro la biodiversidad local.

El paso continuo de vehículos de dos ruedas a motor está deteriorando las acequias, canales, cantoneras, acueductos, caminos reales y senderos, que forman parte del patrimonio etnográfico de la zona. El vandalismo ha dejado marcas irreparables en algunas de estas infraestructuras tal y como se puede ver paseando por allí. La falta de acción por parte de las autoridades municipales e insulares agrava esta situación, dejándonos a los vecinos impotentes ante la destrucción de nuestro patrimonio natural y cultural. A pesar de las repetidas peticiones de los vecinos, el Cabildo y el Ayuntamiento no han implementado ningún plan de conservación ni han regulado el uso público y de ocio del entorno natural. Los vecinos de Tamaraceite, San Lorenzo y de Las Palmas de Gran Canaria solicitamos el disfrute regulado de Las Charcas y el Camino Viejo de San Lorenzo, mejoras en las condiciones biológicas del área, y la creación de elementos interpretativos que promuevan el conocimiento de los valores ambientales asociados al entorno.

Establecer normas claras y controles estrictos para regular el acceso y las actividades en el área, realizar acciones para restaurar y mantener las condiciones naturales de Las Charcas y el Camino Viejo, crear elementos interpretativos y programas educativos para escolares y ciudadanos, que promuevan el conocimiento y el respeto por el entorno natural y por último, restaurar y conservar la infraestructura tradicional, actualmente en estado de semiabandono, son algunas de las medidas que hemos propuesto por activa y por pasiva, pero la administración continúa haciendo oídos sordos.

Las Charcas de San Lorenzo, un tesoro natural y cultural, están en peligro. Es esencial que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y el Cabildo Insular de Gran Canaria tomen medidas inmediatas para conservar este entorno. Los vecinos hemos expresado claramente nuestro deseo de disfrutar de Las Charcas y el Camino Viejo de San Lorenzo de manera sostenible y respetuosa. Con una regulación adecuada, mejoras biológicas, y programas educativos, es posible proteger este valioso patrimonio para las futuras generaciones.