miércoles, 30 de marzo de 2016

¡Adiós Antonio, adiós Padrino!



Por: Esteban G. Santana Cabrera.

¡Llevamos una rachita en Tamaraceite qué no vean! Hace poco más de dos semanas que perdíamos a Benjamín Saavedra y quedó Tamaraceite impactada ante tal noticia. Porque cuando una persona buena y encima, buena persona, se nos va, un vacío se nos queda en el cuerpo y en el alma. Pero a la marcha de Benjamín a la Casa Celestial se les han ido sumando estos días los nombres de otros vecinos que han contribuido a hacer la historia de nuestro pueblo, y lo que somos y cómo somos se lo debemos en parte a ellos también. Al igual que Benjamín, Rafael, Gloria, Pepe Juan, Santiago y Antonio han sido vecinos ejemplares y que han sido ejemplo de buenos vecinos, luchadores, emprendedores y trabajadores, pero sobre todo, querían a su pueblo, y cada uno a su modo, contribuyeron a crear conciencia entre sus allegados y vecinos sobre la necesidad de sentirse orgullosos de ser de aquí, de Tamaraceite.

Pero hoy, si me lo permiten, quiero recordar especialmente a Antonio Rodríguez Trujillo, "el Padrino" como todos lo llamábamos cariñosamente. Un ejemplo de superación y de que realmente se puede cambiar. Como bien me decía él en más de una ocasión, había nacido dos veces, porque le tocó vivir una primera parte en la que no supo canalizar su inteligencia y su talento en positivo, recordemos que estudio electricidad, lo que le llevó a la "mala vida", envuelto en el alcohol y la paranoia y a estar de carnaval de febrero a febrero.

Pero Antonio supo aprovechar la segunda oportunidad que le dio la vida y se convirtió en un vecino amable, querido por grandes y pequeños, cariñoso, que siempre tenía una palabra o un hecho que contar o consejo que dar. Sus paseos por el pueblo y su presencia en todo acto civil o religioso que se preciara.

Orgullosísimo de haber sido modelo de Jesús Arencibia, sus manos quedarán para siempre plasmadas en el mural de nuestra iglesia parroquial de Tamaraceite. Antonio "el padrino" fue galardonado años atrás como Premio Radio Tamaraceite a la superación, ya que logró, tras muchos años sumidos en el alcoholismo y la marginalidad, desengancharse y reinsertarse en la sociedad. ¡Y vaya que se reinsertó! En noviembre de 2014 Tamaraceite le volvió a tener en cuenta y se le hizo un homenaje por parte del Ayuntamiento en la Casa de la Cultura para reconocerle su valor.Fue un ejemplo al valor que tuvo al afrontar la enfermedad y hablar sin reparos de la muerte, ésa que nos llega a todos y a todas algún día.

Antonio, siempre te recordaremos, Igual que a Benjamín, desde estas líneas pido a las autoridades municipales a que consideren a Antonio Rodríguez "el padrino", como propuesta a formar parte de nuestro callejero, porque aunque su espíritu siempre estará con nosotros, nuestras calles son de nuestra gente, de la gente buena que, como Antonio,con su ejemplo, engrandecieron a este pueblo.

miércoles, 23 de marzo de 2016

Rafael Rodríguez (el Alpupú): un abuelo y mucho más

LPDLP. Conocí a Rafael como un hombre serio que muchas veces jugaba a reír y ser bromista. Sobre todo con su amigo inseparable Manuel Santana el Cazuela, otro gran personaje del pueblo de Tamaraceite, también fallecido. Rafael y Manuel eran conocidos por sus nombretes: Rafael 'el Alpupú' y Manuel 'el Cazuela'. Los dos dieron muchos momentos de alegría a los parroquianos de Tamaraceite con sus parodias y sus aparentes y divertidas discusiones.
Pero lo del humor era sólo una faceta de su vida. Fue un hombre creyente, responsable y serio en sus compromisos. En él puse toda mi confianza mientras fui cura en Tamaraceite. Se ocupaba de manejar los dineros de la iglesia. Contaba semanalmente lo que se recogía en las colectas dominicales y lo ingresaba en la Caja.
En la vida familiar ejerció, sobre todo, de abuelo. Hablaba de ellos con emoción. Los éxitos de sus nietos los convertía en éxitos suyos. Y como se emocionaba fácilmente, al hablar de ellos sus ojos se humedecían al instante.
Consciente de eso, y queriendo recoger el testimonio del Rafael abuelo, el día que falleció pedí a su nieta, Samantha, compartir juntos un artículo en sui recuerdo. Y esto es lo que ella ha escrito: "Nunca se encuentran las palabras adecuadas para consolar la pérdida de un ser querido. Los abuelos forman una parte crucial de nuestra vida, nos malcrían a la vez que nos ilustran con increíbles historias que parecen sacadas de otra vida. No obstante, nunca nos preparan para vivir sin ellos, y aunque sabemos que es ley de vida, no existe un momento adecuado para que duela menos. Para cada persona significa algo diferente, yo sólo puedo hablar de lo que ha significado para mí y mi familia la pérdida de Rafael Rodríguez Rodríguez.
Son mil y una las historias que tenemos hijos y nietos. Unas divertidas, otras de lección de vida, y otras, cómo no, reprimendas merecidas: al fin y al cabo somos la fusión "alpupú- fandango", así que todos hemos sido un poco trastos.
Pese a alguna colleja, siempre se mostró paciente y dispuesto a ayudar. Nos enseñó el valor de las cosas, a ser buenos economizadores, respetuosos y justos. Incluso a algunos de nosotros nos enseñó a disfrutar del intelecto y del razonamiento a través de sus partidas magistrales de ajedrez.
No sólo fue querido por su familia y amigos, sino que además fue siempre bien valorado en su trabajo, con el que disfrutaba incluso en su hogar. "La carpintería de abuelito", allí nos mostraba y empapaba de su ingenio, convirtiendo simples trozos de madera en espadas o pistolas, poleas, colgadores, incluso puertas, en definitiva, cualquier cosa que necesitáramos.
Fue un luchador hasta en sus últimos momentos, y pese a que lo daban por perdido, el resurgía una y otra vez, como decimos en casa: Rafaelito Rodríguez genio y figura hasta la sepultura.
Aún llegando el final, nunca dejó que nadie se le impusiera, dejando siempre claro su papel para nosotros, nuestro querido Patriarca.
Fue un hombre de ideales atemporales, "chapado a la antigua" como le decíamos los más jóvenes, pero no lo tuvo fácil, era del 30 y su gran espíritu de superación, inquebrantable hasta el final es uno de sus legados. A pesar de los tiempos que tuvo que correr, vivencias, acontecimientos e historias hicieron que se adaptara y modernizara a los de hoy, haciendo de él un Marido, un Padre y Abuelo cuya vida es un referente a seguir.
A todos se nos llena la boca al hablar de mi abuelo, quien no dudó en ningún momento de privarse de lujos para que nosotros pudiéramos tener siempre todo lo que necesitáramos.
Su pérdida ha dejado un gran vacío en nosotros, pero su amor, su cariño, sus enseñanzas, nuestros más preciados recuerdos junto a él siempre quedarán, haciéndonos sonreír cada vez que lo recordemos diciendo cosas como: "Totorota", "Mentecato", sus míticas fotos sin cristales en las gafas o sin mirar a la cámara porque no le gustaba el reflejo, o sus refranes favoritos: "Un ricachón mentecato, ahorrador empedernido, por comprar jamón barato lo compró medio podrido. Entre botica y galeno gastó doble del jamón por no comprar jamón bueno, hoy piensa que fue un loco puesto que economizar no es gastar mucho ni poco, sino saberlo gastar".
Y así será como lo recordaremos, como un hombre sabio que siempre nos tendió la mano, al que quisimos, querremos y sobre todo, jamás olvidaremos".

domingo, 20 de marzo de 2016

¡Adiós Benji, adiós!

Benjamín con Suso Vega 
Por: Esteban G. Santana Cabrera

Quiero confesarles que hoy es un día especialmente triste para mí, porque como bien dice el estribillo de la canción "cuando un amigo se va, algo se muere en el alma". Y no deja de ser cierto este párrafo, porque los amigos forman parte de esa familia que nosotros hemos sumado a nuestro alrededor y que nos acompaña, nos arropa, nos animan, nos bajan a la realidad,...están aunque no estén, 

Hoy un trocito de mi alma y la de muchos  tamaraceiteros, y no exagero con lo que digo, se nos ha muerto con el fallecimiento prematuro de Benjamín Saavedra PérezBenji como le decíamos nosotros familiarmente. Apareció en mi vida y en la de mi familia  recién llegado del internado San Antonio, del que salió para poder echar un cabo en la economía familiar. 

La historia de Benjamín es la de un niño de familia numerosa, con una madre enferma y un padre ingresado permanentemente. De pequeño es internado en el Orfanato San Antonio donde estuvo hasta los 14 años en que sale de allí para incorporarse un año en el colegio e inmediatamente dejarlo para ponerse a trabajar para poder ayudar en casa. Limpiar palomares, descargar camiones, carpintero, peón de la construcción, ayudante de supermercado, etc.. fueron algunos de sus empleos, de los que por supuesto no cobraba una nómina sino que vivía de la buena voluntad de los que lo "contrataban". Víctima del engaño de más de un desaprensivo, mi amigo Benjamín compaginaba su trabajo con los cuidados de su madre enferma. Siempre buscaba un hueco para sus dos aficiones, jugar al fútbol y ver la tele. Recuerdo aquellas tardes de fútbol en el Adán del Castillo, sus regates, y su inteligencia moviendo el balón. ¡Cómo respetábamos a Benjamín! 

A pesar de su situación económica y personal, siempre tenía tiempo para los demás, para echar un cabo en lo que podía a los que lo necesitaban más que él, que desgraciadamente "haberlos hailos".  A mi madre le ayudó mucho en el bazar. Llegaba por las noches después de una dura jornada lavando coches, descargando camiones, en una carpintería, o en lo que fuera, y siempre tenía tiempo para ayudar. ¡Y siempre sonriendo! 

Afortunadamente mi amigo Benjamín, fue un ejemplo de constancia y perseverancia. Ya cumplida la veintena tuve la oportunidad de prepararlo para sacar el graduado escolar, que lo obtuvo con mucho esfuerzo y dedicación.  De buen corazón y sobre todo de mucha generosidad, consiguió un trabajo fijo, en la Pescadería de Andrés, y en él se le valoraba lo mucho que valía. Era la sonrisa y la alegría de la tienda y eso lo puede refrendar cualquiera. Por todo esto fue reconocido como Premio Radio Tamaraceite a los valores y a la superación en el año 2005.

A veces el nacer en "buenas familias" no da lo importante de esta vida que es ser "buena persona", con corazones grandes como los de Benjamín y otros tantos, y que para mí, como bien le decía a él en muchas ocasiones, tiene el cielo ganado en el sentido amplio de la palabra.

GRACIAS Benjamín, amigo, por tu amistad desinteresada, por tu humildad, tu sencillez y tu simpatía.GRACIAS por ser ejemplo para muchos de nosotros. te fuiste a tu estilo, sin decir nada, en silencio, sin querer molestar. No pudimos despedirnos, pero un trocito de tí siempre permanecerá en nosotros, en tu pueblo de Tamaraceite, en su gente y espero, y lanzo el reto a quien competa, ver tu nombre en el callejero de alguna de nuestras calles, más temprano que tarde. D.E.P